En el Día Mundial contra la mega-minería a cielo abierto, Fundación Ambiente y Recursos Naturales (FARN) se solidariza con las distintas organizaciones, asambleas y comunidades que luchan contra al avance de proyectos mineros en sus territorios y que, como consecuencia, sufren distinto tipo de represalias y afectación a sus derechos.
Al mismo tiempo, solicita a las distintas autoridades nacionales y provinciales la urgente aplicación de la Ley Nacional de Glaciares en todo el territorio nacional, así como también medidas para proteger las fuentes de recursos hídricos que abastecen a al país, y la valiosísima biodiversidad albergada en nuestras cordilleras. Entre ellas dar urgente solución ante las gravísimas consecuencias del derrame de cianuro en Veladero, provincia de San Juan, e inmediata respuesta a la preocupante situación del gran vertedero de residuos mineros generado por la Empresa Chilena Pelambres, poniendo en marcha mecanismos para su remediación (VER pedidos de informe).
Así también resulta fundamental que los gobiernos y empresas respeten los derechos de los ciudadanos afectados, en particular los derechos de participación y consulta, y los procedimientos de consentimiento, libre previo e informado de las comunidades originarias.
El modelo minero vigente, privilegia la renta por sobre el bienestar de la población y los bienes naturales, y da cuenta de las dificultades de las autoridades argentinas para hacer respetar los derechos vigentes.
¿Qué significa la MEGA MINERÍA?
Es un término utilizado para referir al tipo de producción de minera a gran-escala, con la utilización de técnicas que involucran la remoción de grandes cantidades de distintos materiales (rocas, arenas por ejemplo), y la utilización de distintos elementos químicos para separar los minerales de esos materiales. Además implica la utilización de recursos energéticos y de agua, muchas veces en mayores cantidades de lo que puede abastecerse a una comunidades enteras. Los proyectos de mega-minería son generalmente explotados por capital transnacional, generan economías de enclave (con escasa integración al mercado local) y escasos beneficios para la población local. Y no menos importante, genera severos e irreversibles impactos ambientales, sociales y económicos que generan.
América Latina: un epicentro de expansión minera
Según el informe del Observatorio de Conflictos Mineros de América Latina (OCMAL), la región recibe desde hace más de una década los mayores flujos de inversión minera a nivel global (en 2014 representó el 27% del flujo global). El modelo extractivo de la actividad minera es un problema político, y el debate debe centrarse en las alternativas a este modelo integrando una perspectiva de derechos humanos desde el escenario condicionado en el cual se ejecutan los proyectos (OCMAL 2015).