FARN junto con otras 112 organizaciones a nivel mundial firmaron una carta abierta enviada a los tomadores de decisión vinculados a la política de biocombustibles en la Unión Europea y los miembros del parlamento.
En la misma se destaca el impacto que la demanda de biocombustibles de primera generación de la Unión Europea ha tenido en el cambio del uso del suelo en distintas zonas alrededor del mundo detrimento de los ecosistemas naturales. Por ello, se les solicita recortar el uso de biocombustibles de primera generación en el transporte, para lo cual es importante considerar las emisiones de gases efecto invernadero, incluyendo las del cambio indirecto del uso del suelo, así como desviar la ayuda financiera y las políticas hacia energías más limpias.