Por Camila Mercure y Giselle Munno Dithurbide
En el marco del Día Internacional contra el Cambio Climático, el mundo se prepara para una nueva instancia de negociación global: el próximo 10 de noviembre comenzará en Belém, Brasil, la Conferencia de las Partes de la ONU sobre Cambio Climático (COP30), donde representantes de más de 190 países buscarán acordar medidas concretas para enfrentar la crisis climática.
Entre los temas centrales que se prevé abordar figuran la reducción de las emisiones de metano, las estrategias de adaptación, el financiamiento y la promoción de una transición energética justa.
Retroceso nacional y liderazgos subnacionales
En este contexto, Argentina llega a esta instancia internacional con más interrogantes que certezas sobre su rumbo climático. Si bien el país mantiene compromisos internacionales como el Acuerdo de París y sus Contribuciones Nacionalmente Determinadas (NDC, por sus siglas en inglés), la implementación real de sus metas enfrenta un fuerte retroceso.
Desde diciembre de 2023, la llegada del nuevo Gobierno implicó recortes presupuestarios entre un 28,1% y un 83,2% en áreas ambientales, la paralización de programas clave, la falta de medidas de adaptación y un discurso negacionista frente a la crisis climática, debilitando la capacidad estatal de respuesta y la credibilidad internacional del país. En este contexto, son las provincias y los municipios los que hoy sostienen la acción climática del país, impulsando medidas de mitigación y adaptación desde los territorios.