Seis años pasaron de la sanción de la Ley de Glaciares, y todavía no están protegidos. Fundación Ambiente y Recursos Naturales solicita la inmediata ejecución y finalización del Inventario Nacional de Glaciares de acuerdo a lo dispuesto en la ley. Además reclama la correlativa suspensión de cualquier proyecto en ejecución hasta tanto se finalice el inventario.

Foto tomada durante la conmemoración del derrame de un millón de litros de agua cianurada que contaminó la cuenca, de la que se alimenta toda la comunidad, su flora y fauna.

Buenos Aires 30 de septiembre, 2016. Hoy se cumplen seis años de la sanción de la Ley Nº 26.639, que establece un Régimen de Presupuestos Mínimos para la Preservación de los Glaciares y del Ambiente Periglacial. Si bien contar con una ley de este tipo resulta fundamental para proteger estos valiosísimos ecosistemas, como reservas estratégicas de recursos hídricos para nuestro país, se necesitan claros avances para que la misma sea implementada de manera efectiva.

La ley busca identificar con exactitud el número, área y volumen de hielo que ocupan los glaciares y zonas periglaciales de nuestro país para conocerlos, protegerlos y monitorearlos en el tiempo. Esta identificación debe ser realizada mediante el Inventario Nacional de Glaciares, a cargo del Instituto Argentino de Nivología, Glaciología y Ciencias Ambientales (IANIGLA) en coordinación con el Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sustentable de la Nación. Deben incluirse todas las masas de hielo, sin importar su forma o dimensión, y el ambiente periglacial de acuerdo a la definición de la ley.

En la actualidad son pocas las cuencas y provincias inventariadas. Las provincias con mayor actividad minera, según la ley – al existir actividades en ejecución- son las que primero deberían inventariarse. A pesar de ello, son las que menos avances demuestran.

Así también se pretende dejar fuera del inventario cuerpos de hielo de menos de una hectárea, habilitando a que desaparezcan glaciares como el Toro I, quedando afectados por emprendimientos como el binacional Pascua Lama, operado por Barrick Gold, y en plena contradicción con la ley de Glaciares que incluye el inventario de todos los glaciares sin importar su dimensión.

Hoy las prohibiciones de la ley de Glaciares no se respetan. Mientras que no se debería autorizar nuevos proyectos el gobierno continúa anunciando inversiones y proyectos en estas zonas de glaciares y/o ambiente periglacial vetadas por dicha ley, sin brindarse información pública al respecto (Ver ¿Seguimos incentivando actividades mineras que contaminan el ambiente?).

Así tampoco se realizan auditorias adecuadas de los proyectos que ya están en ejecución para determinar su impacto sobre glaciares. Existen distintos proyectos mineros que se encuentran en zonas que deben ser protegidas, y que la ley manda a auditar, pudiendo ordenarse su traslado o cese. El gran blindaje que existió frente a los gravísimos acontecimientos de la mina Veladero en San Juan dan cuenta de la necesidad de que dichas auditorias y controles sean llevado a cabo de modo transparente y con participación ciudadana.

En este sentido se exige el respeto de las zonas de exclusión en las que no puede realizarse actividad minera e hidrocarburífera y la urgente auditoria en un marco de transparencia de proyectos actualmente en ejecución.

Debemos recordar que los glaciares ya sufren el aceleramiento del impacto del cambio climático (según distintas fuentes los glaciares patagónicos han reducido su volumen entre un 12% y un 25% en los últimos treinta años). Si logramos comprender la importancia de este recurso invalorable podremos contribuir a conservar esta parte de la naturaleza, fundamental para la subsistencia de la vida.

Tommy Heinrich fue el primer argentino en hacer cumbre en el Monte Everest y ha dedicado su vida a explorar montañas de todo el mundo. Junto a FARN hoy manifiesta preocupación por el estado de los glaciares en nuestro país. Las imágenes de su experiencia y maestría fotográfica manifiestan el restroceso de los hielos y la urgencia de actuar AHORA a través de una ley que contemple un inventario completo de los glaciares y el ambiente periglacial. Su testimonio es una invitación a viajar a través de ellos y nos desafía de revertir la ecuación y «dejarnos impactar por la naturaleza positivamente».