La puesta en marcha de la Planta Nuclear Atucha II mediante la prueba y verificación del sistema de la central no hace más que demostrar que la política energética argentina está firmemente determinada en ubicar a la energía nuclear como fuente de importancia para dar solución a las diferentes crisis energéticas acontecidas en los últimos años, así como a la incesante demanda energética requerida por el país.
Por ello, desde FARN remarcamos nuevamente la necesidad que Argentina replantee su costoso programa nuclear en base a debates amplios e informados y consultas públicas, en particular porque la Nación impulsa –unilateralmente- la consolidación del primer parque de reactores nucleares de América Latina en Lima (provincia de Buenos Aires), en momentos en que Fukushima mostró, dramáticamente, lo peligroso que resulta concentrar en una misma localidad varios reactores nucleares ubicados –además- a una distancia cercana de grandes centros poblados.
Asimismo, en el (hasta ahora secreto) Plan Energético Nacional 2030, que además evidencia una carencia total de participación ciudadana, se ubicaría a la energía nuclear con un fuerte crecimiento y presencia en la matriz energética en los próximos 20 años.
María Eugenia Di Paola, Directora Ejecutiva de FARN, afirmó que “es fundamental abrir el análisis y la participación ciudadana a fin de rediscutir la pertinencia del programa y la política nuclear nacional, generar un sistema de revisión de los sistemas de seguridad de los reactores de las centrales, fomentar y promover la eficiencia energética y una mayor inserción de las energías renovables”.
Con la ley de fomento y promoción de energías renovables, se espera alcanzar para el año 2016, la meta de que el 8% del consumo eléctrico nacional sea provisto por energías renovables. Actualmente este porcentaje tan solo alcanza el 3%.
También se observa el escenario de disparidad que aún presentan las energías renovables en nuestro país frente a las fuentes tradicionales. Por ejemplo en diciembre de 2010 se inauguró en San Juan una central solar que produce 20 megavatios. Si bien estas centrales cuestan hasta un 600 % más que una central térmica, luego producen energía a costos mínimos.
Tomando en cuenta la importancia de avanzar hacia una transición energética se debe garantizar una estrategia nacional a largo plazo que asegure que se respetará y dará continuidad a las metas y acciones planificadas. Asimismo, resulta importante visualizar y demostrar los beneficios que presentan los distintos proyectos de energías renovables, de manera que la sociedad se familiarice con ellos y sea capaz de valorar sus beneficios y de esta manera tener conocimiento que existen otras alternativas a la matriz actual. Este punto es clave ya que existe el preconcepto de que los proyectos de energías renovables son factibles a escala muy pequeña o de muy difícil aplicación en zonas urbanas.
Finalmente, es que en este contexto cobra importancia la necesidad de exigir al gobierno que abra la discusión del Plan Energético a mecanismos genuinos de participación ciudadana en los cuales desde los distintos ámbitos, sectores y grupos vulnerables pueda ejercerse el acceso a la información y a la participación para el logro de un Plan Energético Sustentable y por ende de una matriz energética limpia.
NOTA: Fragmento del documento “Energía Nuclear: análisis y perspectivas” realizado por FARN en junio de 2011. Para descargar el documento completo haga clic aquí.