- 18 organizaciones lanzan hoy el informe Cinco años perdidos: cómo el sector financiero está destruyendo el presupuesto de carbono del Acuerdo de París que pone de manifiesto que las emisiones de 12 nuevos megaproyectos de combustibles fósiles llevados adelante por diferentes empresas, consumirían, durante toda su vida útil, la mayor parte del presupuesto de carbono.
- Las instituciones financieras han proporcionado 1,6 billones de dólares en préstamos y garantías a estas empresas desde enero de 2016.
- En agosto de 2020, los inversores poseían 1,1 billones de dólares en bonos y acciones de estas empresas.
París, 10 de diciembre de 2020– A dos días del 5° aniversario del Acuerdo de París, dieciocho ONG de diferentes países –entre ellas, FARN- publican un informe conjunto en el que presentan doce de los proyectos más devastadores de combustibles fósiles que están actualmente en proceso de planificación o de expansión. Solo estos últimos ya cubrirían tres cuartas partes del presupuesto de carbono total restante si la meta es alcanzar un 66 % de probabilidades de limitar el calentamiento global a 1,5 °C.
¿Qué dice el informe?
El informe expone a los bancos y los inversores que financian a las empresas de combustibles fósiles que están desarrollando proyectos polémicos de expansión a gran escala de carbón, petróleo y gas. Los doce estudios de casos resaltan el enorme daño al ambiente, las violaciones de los derechos indígenas, los impactos negativos en la salud, los problemas relacionados con los derechos humanos y una previsión de las emisiones de CO2 que generaría cada proyecto. Las organizaciones que elaboraron el informe formularon reclamos concretos de políticas para el sector financiero. La industria financiera debe dejar de proveer dinero y servicios como seguros a la industria de los combustibles fósiles. La primera prioridad debería ser no posibilitar más que se lleven a cabo proyectos de expansión de carbón, petróleo y gas como los que se incluyen en el informe.
Los doce proyectos de expansión y las emisiones de carbono asociadas
Los estudios de casos analizados en el informe se eligieron en base al impacto negativo local y mundial. Los proyectos se están desarrollando a pesar de la resistencia de las comunidades locales y los numerosos llamados de los líderes políticos a dejar de usar combustibles fósiles.[1] Los estudios de casos son: la extracción de gas en Mozambique; la explotación de petróleo y gas en Surinam; la perforación de petróleo y gas en la cuenca Permian de los Estados Unidos; la extracción de petróleo y gas no convencional en Vaca Muerta, en Argentina; carbón y gas en el complejo Payra de Bangladesh; los nuevos proyectos de centrales termoeléctricas de carbón de China; las minas de carbón de la India; la expansión del carbón en las Filipinas; la extracción de gas como parte del complejo Burrup de Australia; la perforación de petróleo y gas en el mar de Barents en Noruega; los proyectos de petróleo y gas y la construcción de oleoductos y gasoductos en el Mediterráneo oriental; y la perforación offshore de petróleo y gas en el Reino Unido.
En total, se prevé que los doce proyectos producirán 175 gigatoneladas de emisiones de CO2 adicionales si, tal como quieren las compañías involucradas, se permite su desarrollo. Ese monto representa casi la mitad de las 395 Gt que restan del presupuesto de carbono si la meta es tener un 50 % de probabilidades de limitar el calentamiento global a 1,5 °C. Es casi 75 % de las 235 Gt restantes para alcanzar un 66 % de probabilidades.[2]
“Estos doce estudios de casos demuestran el lamentable fracaso de los bancos a la hora de actuar frente a la urgencia de la crisis climática. En lugar de adoptar una postura rigurosa que impida la expansión de los combustibles fósiles y facilite su eliminación, los bancos internacionales se rehúsan a romper con la tendencia fatal a aumentar la extracción de combustibles fósiles por siempre. BNP Paribas, JPMorgan Chase y Mitsubishi tienen políticas de exclusión de carbón, petróleo y gas muy diferentes. Sin embargo, el informe muestra que hay algo que las une claramente: todas siguen apoyando algunos de los peores proyectos del mundo mediante el financiamiento constante a las grandes empresas de petróleo y gas”, sostiene Lucie Pinson, directora ejecutiva de Reclaim Finance.
Los doce estudios de casos del informe Cinco años perdidos son una prueba de fuego para la industria
Los bancos, los inversores y las aseguradoras han publicado recientemente múltiples políticas de exclusión y compromisos de sustentabilidad. Sin embargo, los hallazgos del informe Cinco años perdidos demuestran que la industria financiera está lejos de haber alineado su modelo de negocios con el Acuerdo de París. Los doce estudios de casos, que de ninguna manera son los únicos ejemplos de la expansión ilimitada de los combustibles fósiles, deberían considerarse una prueba de fuego para la industria. Mientras los financiadores no dejen de invertir en las grandes compañías que promueven esos proyectos de expansión de combustibles fósiles, sus anuncios acerca de la sustentabilidad no son más que palabras vacías. Para que las políticas de exclusión sean eficaces, deben asegurar que las compañías que llevan adelante nuevos programas de extracción de combustibles fósiles no obtendrán el financiamiento para hacernos perder más tiempo en la lucha contra la crisis climática mundial.
“Desde una perspectiva climática, es una locura abrir nuevas fuentes de carbón, petróleo y gas en 2021. Es lo opuesto a reducir las emisiones de CO2 según lo convenido en París hace cinco años. Si avanzan los megaproyectos de carbono como los mencionados en el informe, muy pronto la meta de 1,5 °C acordada en París en 2015 será inalcanzable. Los inversores, como BlackRock, Vanguard y State Street, que lideran el apoyo financiero a las compañías detrás de estos proyectos, se exponen a un riesgo muy alto de que los activos se vuelvan obsoletos. No solo tienen carteras que no están alineadas con las políticas climáticas, sino que están ayudando a destruir cualquier esperanza de poder mantenernos por debajo de los 1,5 °C”, dice Katrin Ganswindt, activista de finanzas de Urgewald.
“En el caso de Vaca Muerta, en Argentina, queda más que claro que el fracking no es financieramente viable sin enormes subsidios del gobierno: en 2021 se proyecta que los subsidios a las empresas privadas le cuesten al gobierno el 1% del presupuesto nacional, y cuatro veces el total de los gastos de salud proyectados para el COVID-19. Parece entonces que la explotación de Vaca Muerta está lejos de ser parte de la solución climática” advierte María Marta Di Paola, directora de Investigación de la Fundación Ambiente y Recursos Naturales (FARN).
Los números del informe
Las finanzas fósiles están vivas y sanas
El informe muestra que las instituciones financieras desembolsaron USD 1,6 billones en forma de préstamos y suscripciones desde enero de 2016 e invirtieron USD 1,1 billones en bonos y acciones de las 133 compañías que llevan adelante los doce proyectos de expansión de combustibles fósiles.[3] Todo eso suma USD 2,7 billones en financiamiento a los combustibles fósiles desde que se firmó el Acuerdo de París sobre el cambio climático en diciembre de 2015. Del lado de los acreedores, las empresas que recibieron mayor financiamiento desde el Acuerdo de París son BP, ExxonMobil, Petrobras, la Corporación Estatal de la Red Eléctrica de China y Occidental Petroleum, por un total de USD 358.000 millones en forma de préstamos y suscripciones desde enero de 2016 hasta agosto de 2020. Las compañías del informe que recibieron los montos de inversión más altos son Chevron, ExxonMobil, Royal Dutch Shell, Total y BP. En conjunto, hasta agosto de 2020, los inversores acumularon bonos y acciones de esas cinco empresas por un total de USD 394.000 millones.
Las grandes empresas petroleras son omnipresentes
Las compañías representadas en la mayoría de los estudios de casos fueron ExxonMobil y Total. Cada una de estas enormes empresas petroleras forma parte de seis de los ocho proyectos de petróleo y gas del informe. Shell y BP intervienen cada una en cinco de estos. Chevron y Equinor, participan en cuatro, y Repsol y Eni integran tres.
Los inversores principales
Los veinte inversores más importantes aportaron casi la mitad de las inversiones totales: USD 535.000 millones del total de USD 1,1 billones. Dentro del grupo de los inversores principales, las instituciones financieras estadounidenses son las mayores responsables. BlackRock (EE. UU.), cuyos bonos y acciones están valuados en USD 110.000 millones, es el mayor inversor de las empresas de carbón, petróleo y gas del informe. Lo sigue de cerca Vanguard (EE. UU.), con una tenencia de bonos y acciones valuados en USD 104.000 millones. En tercer lugar, se encuentra State Street (EE. UU.) con USD 50.800 millones, seguido por Capital Group (EE. UU.) con USD 48.400 millones. De los veinte inversores principales, solo cuatro no son de los Estados Unidos: el quinto lugar lo ocupa el Fondo Noruego de Pensiones con USD 31.900 millones, el undécimo lugar le pertenece a UBS (Suiza) con USD 11.800 millones, el décimo noveno puesto es del Deutsche Bank (Alemania) con USD 10.400 millones y, en vigésimo lugar, se encuentra Legal & General (Reino Unido) con USD 9.800 millones.
Los bancos principales
Los veinte bancos principales aportaron más de la mitad de la financiación total a las empresas de combustibles fósiles involucradas en los doce proyectos: USD 949.000 millones del total de USD 1,6 billones. Los bancos estadounidenses CitiGroup, Bank of America y JPMorgan Chase están entre los financiadores con mayor participación, con un total de USD 295.000 millones. Hay nueve bancos europeos entre los primeros veinte bancos. Entre todos, aportaron USD 327.000 millones, con Barclays (USD 66.400 millones) y HSBC (USD 55.200 millones) a la cabeza, seguidos por BNP Paribas (USD 52.700 millones), Deutsche Bank (USD 27.600 millones), Credit Suisse (USD 22.500 millones) y, luego, Santander (USD 21.100 millones). Los bancos japoneses que aparecen entre los veinte principales, Mitsubishi, Mizuho y SMBC, otorgaron financiamiento por USD 149.000 millones. En el grupo de bancos también se encuentran el Bank of China (USD 26.500 millones), el Industrial and Commercial Bank of China (USD 24.900 millones) y el Royal Bank of Canada (USD 24.700 millones).
[1] https://www.politico.eu/article/no-new-coal-un-chief-tells-eu/
[2] https://climateanalytics.org/publications/2019/zero-in-on-the-remaining-carbon-budget-and-decadal-warming-rates/
[3] Según la investigación financiera llevada a cabo por Profundo actualizada hasta agosto de 2020 para los inversores y el análisis de préstamos y servicios de suscripción entre enero de 2016 y agosto de 2020 para los acreedores.