Desde que comenzó el fracking en Vaca Muerta las comunidades de Sauzal Bonito, en la provincia de Neuquén, reportaron la presencia de sismos en la zona, que no habían sido percibidos previamente. En los últimos días los vecinos reclamaron que la tierra tembló nueve veces en una semana, y pese a los constantes reclamos las autoridades gubernamentales niegan que el fracking sea el causante.
Anoche se percibió un nuevo sismo de magnitud 4.5 ml en la escala Richter, que sacudió las casas del pueblo. Los vecinos advierten que en un día pueden sentir hasta 3 o 4 temblores, sus casas se sacuden, se rajan las paredes y su vida se ve perturbada.
En Sauzal Bonito, no se habían registrado sismos hasta noviembre del 2015, cuando un temblor de una magnitud de 4.2 fue percibido por la población. De allí en más, comenzaron a registrarse una serie de temblores en la zona que provocaron rupturas de viviendas y gran preocupación social. Un acercamiento preliminar de la evolución sísmica de la cuenca hidrocarburífera de Neuquén muestra que entre 2015 y 2020 se registraron 206 sismos (Sismicidad inducida de FARN, 2021).
Si bien las autoridades niegan que el fracking sea el causante de esta problemática es conocido en el mundo que esta técnica de extracción de hidrocarburos es altamente dañina para el ambiente y la sociedad. Las empresas que operan en Vaca Muerta ocultan la información sobre los riesgos y daños al ambiente que provocan, sobre las medidas que toman para prevenirlos y mitigarlos, y sobre los destinos de los fondos públicos recibidos mediante subsidios.
En las Evaluaciones de Impacto Ambiental a las que se accedió la inducción de sismicidad no es declarada por las empresas y las autoridades aprueban los permisos sin requerir ninguna medida ni realizar ningún control.
Mientras tanto, investigaciones científicas en todo el mundo demostraron que el fracking provoca sismos. Incluso, países como Gran Bretaña han prohibido esta técnica debido a los daños que puede provocar la sismicidad inducida. Argentina, sin embargo, sigue apostando a Vaca Muerta sin implementar medidas de cuidado y sin licencia social.
Javier Grosso, geógrafo e investigador de la Universidad Nacional del Comahue, sobre los sismos recurrente en la región de Vaca Muerta, alertó que desde noviembre del 2015 hasta hoy se registraron más de 350 sismos en Sauzal Bonito, una zona en la cual no había registros de percepción sísmica por parte de sus pobladores, ni tampoco por los sismógrafos.
Después de varias solicitudes de acceso a la información y ante la negativa por parte de las autoridades provinciales, y su persistente negación sobre los perjuicios ocasionados, desde FARN junto con la Comunidad Mapuche Lof Wirkalew y habitantes de Sauzal Bonito iniciaron una acción de amparo contra la provincia de Neuquén para evitar los terremotos que provoca el fracking.
El Juzgado Federal de Neuquén se desentendió de la situación y resolvió que corresponde al fuero local, para que todo quede a decisión de la provincia. Apelada esa resolución la Cámara Federal de General Roca resolvió que la causa es de competencia federal por los riesgos interjurisdiccionales, pero la remitió a la Corte Suprema de Justicia de la Nación. El Máximo Tribunal de Justicia del país tiene la responsabilidad de garantizar el derecho acceso a la justicia ambiental consagrado en el Acuerdo de Escazú, que ya es ley en Argentina, sin embargo guarda silencio desde febrero respecto de las urgentes medidas que se solicitaron. Es hora de tomar dimensión de que el fracking no sólo está produciendo un deterioro irreversible en el ambiente, sino que también está perjudicando el bienestar integral de comunidades enteras.