Finalizó el encuentro entre CELAC y la UE en Bruselas. Entre los principales temas de agenda estuvieron los desafíos globales como el cambio climático, las transiciones verde y digital, la paz y prosperidad global, el comercio y las inversiones. Las decisiones en torno a estos temas son controversiales para múltiples sectores de la sociedad civil y para la construcción de un modelo de transición socioecológica en el país.
Los pasados 17 y 18 de julio se llevó a cabo el tercer encuentro entre los Estados de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC) y la de la Unión Europea (UE) en la ciudad de Bruselas, Bélgica, bajo el lema “Renovar la asociación birregional para fortalecer la paz y el desarrollo sostenible”. Entre los principales temas de la agenda se incluyó la cooperación entre los 60 países de los dos bloques para resolver en conjunto desafíos globales como el cambio climático, las transiciones verde y digital, la paz y prosperidad global, el comercio y la inversiones y el multilateralismo.
El interés de la UE por renovar y profundizar la cooperación birregional se da en un contexto geopolítico signado por el conflicto en Ucrania, que acentúa la urgencia de los países del Norte Global, en general, y de Europa, en particular, por asegurar su acceso a recursos estratégicos en materia de seguridad energética y de seguridad en el suministro de los minerales considerados críticos para su modelo de transición energética. Cabe destacar que este modelo de transición no se traduce en una reducción de consumo ni contempla adecuadamente sus impactos en el Sur Global, sino que implica sostener altas tasas de consumo interno especialmente para la electromovilidad.
Para cumplir tales objetivos, se considera crucial el acceso a “minerales críticos”, como el litio,y por ello este fue un tema prioritario de la agenda del encuentro CELAC-UE y está en el núcleo de la discusión sobre una nueva regulación europea, la Ley Europea de Materias Primas Fundamentales.
Las discusiones y temas abordados durante el encuentro se enmarcan también en un esfuerzo de la UE por renovar los tratados de libre comercio (TLC) con países de la región, como es el caso de México y Chile. Estos tratados buscan el aseguramiento de los llamados «minerales críticos» por parte de los países europeos, y traen consigo el condicionamiento de la política productiva y ambiental de los países del Sur Global.
El interés de la Unión Europea en la Argentina quedó en evidencia con los viajes de alto nivel del primer ministro alemán en enero del 2023, y de la presidente de Comisión Europea, Ursula Von der Leyen en junio de 2023, en cuyo marco la UE y Argentina suscribieron un memorándum de entendimiento para una asociación estratégica sobre cadenas de valor sostenibles de materias primas.
Entre las principales prioridades de la agenda de la UE en Argentina, se encuentran la explotación de cobre, el hidrógeno verde, la licuefacción de gas, y el agregado de valor a la extracción de litio. Este último mineral es abundante en el país, y se encuentra principalmente disuelto en salmuera en sus humedales altoandinos en Catamarca, Jujuy y Salta.
El interés por el litio de las potencias mundiales también se ve reflejado en la cantidad de proyectos que hoy existen en el país. Según los datos de la Secretaría de Minería, existen aproximadamente 40 proyectos en cartera para litio en salmuera, dos en ejecución, seis en construcción, alrededor de diez en exploración avanzada, y los restantes en exploración inicial o en prospección. También hay anuncios de nuevas firmas, así como de expansión de los proyectos en producción mientras perdura la resistencia de las comunidades locales a esta actividad y la ausencia de evaluaciones adecuadas sobre sus impactos ambientales.
El avance de esta minería genera fuertes presiones en los territorios y en la vida de las comunidades indígenas y locales que los habitan, principalmente por sus potenciales severos impactos en la calidad y disponibilidad del agua, en algunos casos, irreversibles, cuyo alcance además suele desconocerse por falta de procesos adecuados de evaluación de impacto ambiental de los proyectos. Además, en el afán de impulsar esta actividad, no se cumple con los correspondientes procesos de consulta libre, previa e informada con las comunidades indígenas y tampoco se respetan los derechos de acceso a la información, participación y consulta reconocidos en el Acuerdo de Escazú, lo que agrava la conflictividad en torno a su desarrollo.
Muchas de las agendas que se abordaron durante la cumbre de la UE CELAC son sumamente controversiales para múltiples sectores de la sociedad civil y para la construcción de un modelo de transición socioecológica en el país.
Argentina, al igual que varios países de la región, parece siempre necesitar de nuevas inversiones para resolver problemas macroeconómicos y afrontar las presiones por generar divisas y repagar la deuda externa. Esto provoca que los distintos gobiernos privilegien legislar hacia la baja en materia de política ambiental, y permitan, de este modo, que se impongan agendas que no son propias mediante mecanismos como los tratados de libre comercio. Como consecuencia, se socava la capacidad de nuestro país de establecer una política económica, productiva y ambiental propia, y son las comunidades quienes terminan asumiendo los costos para satisfacer necesidades ajenas.