Luego de 15 años, Argentina volvió a recurrir al FMI en 2018. Se firmó un acuerdo Stand By por la cifra récord de 57.000 millones de dólares para lidiar con una crisis cambiaria, el cual significó el préstamo más grande de la historia del organismo, viciado de irregularidades. Lejos de resolver el problema, el acuerdo sostuvo el desequilibrio cambiario en un contexto de fuga de capitales. Tal como concluyó la IEO en 2021, “los recursos del FMI acabaron sirviendo a una deuda insostenible y financiando una fuga masiva de capitales”. Hoy el país carga con una deuda que no produjo las condiciones necesarias para su repago.
FARN, el Espacio de Trabajo Fiscal para la Equidad (ETFE) y Recourse, presentaron este documento en octubre del 2024 que analiza el estado actual de la Argentina y su acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI). La problemática de la deuda, la necesidad de una perspectiva ambiental y de derechos humanos y los caminos a tomar para que el país pueda cumplir con sus obligaciones internacionales.
En materia ambiental, la carga de la deuda obtura el cumplimiento de los compromisos internacionales al empujar al país al desfinanciamiento de las políticas de adaptación y mitigación del cambio climático. En los primeros seis meses del año, Argentina pagó USD 1570 millones de intereses al FMI, lo que representa el equivalente a 148 veces el presupuesto del 2024 destinado al fomento de las energías renovables, 105 veces al presupuesto para manejo del fuego y 129 veces el presupuesto de Protección Ambiental de los Bosques Nativos.