Por Javier Lewkowicz
Poco después de asumir el cargo en 2023, el presidente de Argentina Javier Milei anunció una iniciativa para atraer grandes inversiones al país. Dirigida a empresas nacionales o extranjeras dispuestas a invertir más de 200 millones de dólares en el país, los beneficios que ofrece el Régimen de Incentivo para Grandes Inversiones (RIGI) incluyen exenciones fiscales y ventajas cambiarias y aduaneras.
El RIGI, aprobado por el Congreso en julio de 2024 y en vigencia desde octubre, ya cuenta con 11 proyectos de inversión presentados por empresas nacionales y extranjeras por un total de 15.500 millones de dólares en promesas de inversión, según fuentes del Ministerio de Economía. De esos proyectos, cuatro ya fueron aprobados por el gobierno y los demás esperan respuesta. La mayor parte se centran en energía y minería.
La expectativa del gobierno es que las ventajas cambiarias, aduaneras y fiscales del RIGI propicien un boom de las exportaciones energéticas y mineras para expandir la economía. Sin embargo, especialistas consultados por Dialogue Earth para este artículo advierten que el RIGI no ha atraído tantas propuestas de inversión nuevas como podría parecer, y que podría suponer un riesgo de desindustrialización interna al fomentar la importación de determinados equipos necesarios para estos proyectos. Además, sostienen que el RIGI no contempla la protección del ambiente en sus artículos e incluso se prioriza el acceso de parte de las empresas a recursos estratégicos, como el agua.