Para Lefxaru Nawel, integrante de la Confederación Mapuche de Neuquén, el aire que respiran las comunidades aledañas al yacimiento Vaca Muerta está cada vez más contaminado. En esta entrevista para la edición nº25 de la revista Pulso Ambiental, Lefxaru denuncia la emisión de gases como el metano, los problemas respiratorios y de salud, la falta de acceso a servicios básicos y las consecuencias ambientales de una industria que crece al calor de las perforaciones.
El metano es un gas sumamente contaminante del que se habla poco. ¿Cómo viven esta problemática desde la comunidad y qué tipo de preocupaciones le genera este gas derivado de la actividad petrolera?
Las comunidades mapuche que viven en la zona de lo que hoy se denomina Vaca Muerta vienen sufriendo la contaminación desde que comenzaron los primeros pozos, en los sesenta, aproximadamente. Pero particularmente desde la época de los noventa, cuando se da la ampliación de lo que es el convencional, la contaminación del aire es más evidente, tanto por los gases que se emiten como también por el polvo en suspensión, producto del aumento de los pozos y las picadas sobre los territorios. Es un problema porque afecta la salud de las personas, de las plantas y de los animales. Es muy evidente en la vegetación, sobre todo. También los basureros petroleros, los venteos (N. del E.: los venteos son la liberación controlada o accidental de gases, como el metano, a la atmósfera. Son realizados por la industria y suceden durante la extracción, el procesamiento o el mantenimiento del petróleo y el gas), que son muy comunes y están sin control en los territorios; y las plantas de arena, que algunas están cerca de las comunidades y no cumplen con la normativa ambiental. Esta es una zona de mucho viento, lugares donde las ráfagas llegan hasta los 100 kilometros por hora, y eso implica que el aire también se contamine con la arena que se vuela. Es una de las principales preocupaciones que tenemos. Muchas veces es invisible, pero se siente desde el olor.
Además, en Argentina hay pocas mediciones sobre la calidad del aire y sus posibles impactos en la salud. Entonces es un problema que se siente pero que está poco medido. ¿Ustedes pudieron tener un registro de esa contaminación del aire, para conocer su alcance?
Hay muchas muchas enfermedades respiratorias. A partir de ahí se empezó a prestar más atención a la calidad del aire. Tanto el gobierno provincial, que debería ser el organismo de control, como el Poder Judicial carecen de toda la tecnología que requiere controlar la calidad del aire. Más aún si hablamos de metano, de gases de este tipo. Con la visita de Earthworks tuvimos la posibilidad de acceder a ese tipo de cámara, de tecnología, que permitiría un control mayor. Una de las mayores evidencias de esta situación es la cantidad de enfermedades respiratorias que hay en la zona. Particularmente, en el verano se siente mucho más el olor. Durante el invierno se camufla más por la cantidad de gente que usa leña. Los venteos y la quema de los basureros petroleros, por lo general, se hacen más de noche para evitar que la población vea ese impacto, pero lo siente igual en su vida cotidiana. Acá, en la zona caliente de Vaca Muerta, entre Añelo, Tratayen, Sauzal Bonito, que es un valle hermoso del río Neuquén, al horario del amanecer se evidencia una nube tóxica que cubre todo y que es producto de los venteos que se hacen de noche. Se puede ver en el horizonte, el humo que queda a la madrugada. Es una situación paradójica también: aquí se está extrayendo gas y petróleo, sobre todo gas, en una cantidad enorme, y la población no tiene acceso al gas ni a la luz. Mientras, en el horizonte, a la noche, desde las comunidades se ven los venteos constantes, enormes algunos, que también emiten ruido, muy fuerte. Se realizan para descomprimir los gasoductos, para que no exploten. Se tira al aire el gas que nosotros no tenemos en nuestras casas. Esta realidad muy cruda evidencia lo ilógico que es esta forma de extracción, que no piensa en la población sino solamente en la ganancia de la empresa. Peor aún cuando la solución a esos venteos es utilizar el gas para la minería de criptomonedas y su abastecimiento, que requieren un consumo de energía altísimo. No se prioriza a la población local, que no tiene agua, ni gas, ni luz. Por ejemplo, ahora en Sauzal Bonito, el lof Wirkalew ha logrado tener luz, financiado en parte por Tecpetrol, producto de medidas de acción directa que se han llevado adelante con la Confederación Mapuche de Neuquén. No se priorizan en sus planificaciones el impacto positivo que puede llegar a tener para la población el abastecimiento de esos servicios, pero sí evalúan este tipo de programas para pintarse la cara de verde. Ahora hablan de descarbonización, de reducción de los impactos de los gases de efecto invernadero, pero solamente piensan en las ganancias de la empresa y no en el bienestar de la población. La calidad del aire acá en Neuquén es un problema grave. Esto se ve en la escuela de mi comunidad, que hoy está colapsada por la población de la meseta de Neuquén. La directora nos contaba que, cuando empieza el frío y el invierno, el ausentismo es muy grande porque las niñas y niños, casi toda la población escolar, tienen problemas respiratorios. Algunos leves, otros graves como es el EPOC (Enfermedad Pulmonar Obstructiva Crónica) y la neumonía. La contaminación del aire empeora en el invierno porque la gente no solo se abastece de leña, sino que muchas veces quema lo que puede para calentarse. Esto, sumado a la contaminación que ya existe, a la presencia de otras industrias que se encuentran dentro del parque industrial, a los basureros petroleros y de residuos domiciliarios, hace que el aire sea irrespirable. La contaminación afecta a la población más postergada de las zonas urbanas y periurbanas. Hace unos años estuvimos peleando por una pileta de oxidación que querían poner contigua a una de las comunidades, ahora por una planta de asfalto y de hormigón que también quieren poner pegado. Esta situación la definimos como de racismo ambiental. La industria y su parte más contaminante siempre afecta a la población originaria o a las personas que tiene menos poder adquisitivo y que viven en las condiciones más difíciles.

Crédito fotográfico: La Garganta Poderosa.
Como werken (N. del E.: portavoz, referente) de la Confederación Mapuche de Neuquén, seguramente estás en contacto con realidades de varias comunidades. Los problemas de salud que te cuentan es a través de la oralidad, la experiencia y el contacto permanente. ¿Sentís que las estadísticas de salud, de problemas respiratorios, son transparentes? ¿Hay información oficial sobre esto, los escuchan?
En las zonas donde hay contaminación petrolera cerca, la población está más afectada en su salud. Casi todas las infancias actualmente tienen broncoespasmo, inclusive en mi comunidad. Por darte un ejemplo, en la meseta de Añelo, zona petrolera, la salita que atiende a las comunidades y a la población local está rebalsada en la época del invierno con gente que presenta problemas respiratorios. El Estado no se hace cargo de ese tema y los centros de salud están de una manera muy precaria. Tanto es así que el centro de salud de Añelo había solicitado un espirómetro para estas situaciones y lo terminó pagando una empresa petrolera. Así es como las empresas intentan legitimarse frente a la población local, con este tipo de acciones que son publicitadas excesivamente para demostrar que les importa la salud de la población, cuando son las que generan la contaminación. En más de una ocasión hemos intentado obtener la información y las estadísticas de epidemiología de los centros de salud, de los hospitales en los que nos atendemos, pero son ocultadas. También distintas personas que se jubilaron de la función pública, algunas con cargos importantes, nos han transmitido que el gobierno provincial de Neuquén ha negado sistemáticamente la posibilidad de hacer estadística de epidemiología en la zona de impacto de las petroleras. Las autoridades de salud, no tanto los trabajadores y trabajadoras, sino las autoridades de gobierno y los puestos jerárquicos del sistema salud, alegan la privacidad de la información clínica de los pacientes para negar esa información. Nosotros no necesitamos nombres, sino que queremos saber de qué se enferma la gente de nuestros lugares. Es evidente el impacto acumulativo que la contaminación del aire genera en las personas. Está probado. Una de las pocas veces que el Poder Judicial se animó a investigar aquí fue a través de la justicia federal, del cuerpo de peritos de la Corte Suprema. En una de las pericias que hizo este cuerpo se evidenció la contaminación petrolera en la zona urbana, periurbana y rural en el departamento de Añelo, donde, entre otras cosas, surgió que el agua de los lagos Los Barreales y Mari Menuco estaba contaminada. En ese estudio hablan de lo que es el impacto acumulativo y claramente determinan que respirar aire contaminado es peor que ingerir alimentos o agua contaminados porque el impacto es muchísimo más fuerte en la población. El impacto acumulativo va dañando las funciones vitales: el sistema nervioso, el respiratorio, el endocrino, el inmunológico, los pulmones, los riñones. Cuando una persona se enferma, el diagnóstico médico no dice que está así por vivir en una zona petrolera y respirar aire contaminado, sino que tiene una insuficiencia respiratoria, renal, cáncer. Esta es la situación y es por eso que el gobierno se niega a realizar estadísticas. Y si algo nos ha enseñado la experiencia de las hermanas y hermanos que en el mundo han ganado juicios es que una parte de las indemnizaciones siempre van al sistema público de salud, que es el que más se resiente cuando la población se contamina. La industria genera un gran impacto, no solamente en la población sino también en el sistema de salud, que va a tener que atender a muchísima más gente enferma. Hoy en Argentina se está discutiendo, por ejemplo, el Hospital Garrahan (N. del E.: el Hospital Garrahan, ubicado en la Ciudad de Buenos Aires, es un centro de salud público pediátrico especializado en enfermedades graves o extrañas. Al momento de esta entrevista, el personal médico y administrativo del hospital se encuentra atravesando un largo conflicto con el Gobierno nacional por la desactualización salarial y la falta de presupuesto). Hay integrantes de la población mapuche que han tenido que ir a atenderse al Garrahan. Estos hospitales son los que más atienden a la población contaminada por el extractivismo. Entonces, acá vemos como en discursos como los del presidente Javier Milei, donde por un lado niegan el cambio climático y fomentan fuertemente las industrias extractivas y contaminantes, por el otro actúan en desmedro del INAI (Instituto Nacional de Asuntos Indígenas) y de la población indígena negándole derechos, es una cadena que se retroalimenta en favor de las empresas y en desmedro de la población. A las empresas se les garantizan ganancias extraordinarias, beneficios fiscales, aumento de los subsidios para la industria petrolera, la prioridad, como dice el RIGI (Régimen de Incentivos para Grandes Inversiones), del consumo industrial del agua antes que el consumo humano, una serie de impunidad ambiental que no se controla. Mientras, a la población se la está contaminando, empobreciendo, endeudando y negándole el acceso a situaciones tan básicas como la salud. En el peor de los casos, el niño que sufre una enfermedad grave no va a tener el Garrahan para ir a atenderse. Ese es un poco el panorama de la Argentina de Milei y de cómo también nos quieren obligar a vivir no solamente los gobiernos, sino las corporaciones que hoy nos gobiernan.
Ustedes están sintiendo las consecuencias hoy en día de este tipo de actividades, la falta de respuestas, la criminalización, incluso, cuando se reclama y protesta. ¿Qué imaginan sobre el futuro de su comunidad, del valle, de la provincia de Neuquén?
Todos estos planes de muerte sobre los territorios están obteniendo la resistencia de la población local y de la gente que hoy se está despertando. Gente que no es mapuche, que evidencia que esto en realidad no es una fuente de prosperidad para la población, de bienestar, sino que lo que está dejando es contaminación, empobrecimiento y endeudamiento. Hoy Neuquén es la provincia más endeudada per cápita de Argentina. Eso es producto no solo del mal manejo de los gobiernos, sino de esquemas de negocio que son impuestos desde las corporaciones para maximizar sus ganancias y actuar en desmedro de los derechos de los demás. Los planes de vida de cada una de las comunidades son la principal forma de resistencia que podemos tener, pero también de proyección. Porque si hay algo que nos intenta arrebatar estos planes de muerte, como lo es el megaproyecto Vaca Muerta, es la posibilidad de proyección. Con un territorio contaminado, con el agua y el aire contaminados, no se puede proyectar una vida feliz ni sana. Ese es el principal eje en el que nosotros actuamos. Hemos sido también uno de los principales escollos que ha tenido la industria petrolera a la hora de intentar seguir destruyendo. La resistencia que existe aquí en la región. En el tema de lo que es el metano y los gases de efecto invernadero, lo que tiene que existir es la participación de las comunidades locales, no solo la mapuche sino de toda la población local. Tiene que haber un monitoreo comunitario del aire con acceso público. En todo plan de mitigación de los impactos del cambio climático tiene que priorizarse a la población local. Justamente, si se va a utilizar el gas de los venteos para generar electricidad, tiene que servir para llegar a la población local y no para el minado de criptomonedas. En definitiva, todas las falsas soluciones como lo es la criptomoneda están pensadas muchas veces solamente para las empresas. Son hechos y difundidos por las empresas, y los gobiernos asumen solamente el rol de beneficiarlas sin pensar en la población. Porque si la minería de criptomonedas va a usar más agua y más electricidad, mientras alrededor de los pozos de fracking hay gente sin esos recursos, vemos que es una solución solamente para las empresas, no para la población. El eje se tiene que poner en la población que vive en los territorios. Todas las soluciones de mitigación y de adaptación al cambio climático tienen que hacer partícipe a las comunidades, obtener su punto de vista, hacer la consulta debida y proyectar la vida posterior a los hidrocarburos. Entonces esa es la solución que nosotros planteamos a esta discusión: el aporte fundamental que las comunidades tienen y que debe ser exigido. Otro ejemplo: acá se habla de mitigación con la plantación de especies exóticas de árboles como son las coníferas en la cordillera. Este es un plan actual del gobierno de la provincia de Neuquén. Para nosotros es un contrasentido absoluto. Primero y principal porque tiene que priorizar a la población más impactada por la industria. La cordillera está a cientos de kilómetros de acá. Y segundo, porque esas coníferas, que son pinos exóticos, generan también desertificación en los lugares y colaboran con los grandes incendios que han habido en la época de verano en los últimos años acá en la Patagonia. La población tiene que defender el agua y la tierra, no tanto con un carácter preservacionista o conservacionista, sino porque es la única alternativa que tenemos para garantizar un futuro posible en este lugar. Nosotros vivimos en en un valle enorme entre los ríos Neuquen, Limay y Negro. Es una zona de una enorme prosperidad, no en términos petroleros o solamente economicistas, sino de bienestar. Eso también es lo que hay que defender de estos planes de muerte que traen Tecpetrol, Pan American Energy, y que hoy tienen capturado a YPF como una forma de enmascararse para garantizar estos negocios a 40 o 50 años, como lo está haciendo el proyecto Vaca Muerta Oil Sur y todo este tipo de infraestructuras. Ellos van a dominar de acá a cuatro décadas, no importa quién gobierne. Esa es la principal discusión que hay que dar desde la transición energética y el cambio climático, teniendo en cuenta la participación de los pueblos originarios y de la población local argentina.

Fuente: Campaña Salvemos el Mari Menuco.
Por último, ¿qué es lo que está pasando en el lago Mari Menuco?
La situación que se está viviendo en el Mari Menuco es una muestra muy clara de lo que hoy está en disputa. Por un lado, las empresas petroleras, Pan American Energy e YPF intentando maximizar sus ganancias y ahorrar costos de logística, extrayendo petróleo desde abajo de un lago que da agua a más de 600 mil personas y varios de cientos de miles más si contamos a quienes viven en Río Negro. El plan es perforar el lago y extraer de allí petróleo mediante fracking. Por otro lado está la población local diciendo que es una zona donde no se debe extraer por el gran riesgo contaminante que hay. Hemos utilizado los recursos democráticos institucionales, como son los pedidos de acción de amparo, que han sido denegados por la justicia provincial. También los recursos administrativos y pedidos de nulidad sobre el decreto que autoriza la explotación. Esto refleja la disputa de la que hablábamos antes: por un lado, la ganancia de las empresas a cualquier costo y un gobierno de ultraderecha que le brinda todas las facilidades; y por otro lado la población que se está organizando, no solamente mapuche. Hay más de 40 organizaciones dentro de la campaña Salvemos el Mari Menuco, un montón de sectores que antes no se animaban a discutir estas cuestiones. No es solamente un problema ambiental, sino social, económico y en esencia de perspectiva de futuro. La comunidad Kaxipayiñ ha impedido las perforaciones y hoy se está perforando fuera del territorio comunitario indígena, pero afectando igual al lago. Hay que evidenciar cada vez más estas situaciones que sufren una gran censura en los medios de comunicación masivos y son vedados por los partidos políticos. Somos las organizaciones de base quienes estamos realmente impulsando estos debates.