El G20 concluyó hoy con una declaración de los jefes de Estado rodeada de tensiones alrededor del comercio, las migraciones, y el cambio climático (CC). El documento aborda la mayoría de los temas de la agenda propuesta por la presidencia argentina, y como era de esperarse, el CC estuvo en el centro de la controversia hasta el último minuto.
En el comunicado, al igual que el de 2017, se refleja la realidad actual del multilateralismo en la que Estados Unidos continúa cerrándose sobre sí mismo y reafirma su decisión de salir del Acuerdo de París. En contraposición al gigante norteamericano, los 19 miembros restantes siguen comprometidos.
Cabe destacar la referencia específica al reporte especial del IPCC sobre 1.5ºC que salió en octubre de este año. «El hecho de que el G20 haya tomado nota de este reporte es importante porque sus miembros ya no sólo hablan de cambio climático, sino que además están reconociendo la importancia del objetivo de la temperatura global», afirmó Enrique Maurtua Konstantinidis, asesor senior de Cambio Climático en Fundación Ambiente y Recursos Naturales (FARN).
En términos de energía, el documento hace hincapié en la transición energética y el papel de las renovables. No hace mención a los combustibles fósiles, aunque prima cierto grado de flexibilidad. En última instancia, hace referencia también a la próxima Conferencia de las Naciones Unidas sobre Cambio Climático (COP24) que comienza mañana en Polonia.
En líneas generales, la declaración del G20 da cuenta de que la transición está en marcha y que hay 19 de las más poderosas economías mundiales convencidas de que la acción climática es irreversible y que hay sólo un país que va en contramano. Por tanto, la lucha contra el cambio climático sigue estando en lo más alto de la agenda geopolítica mundial; al menos, por ahora.