La Creación del Ministerio de Medio Ambiente: un primer paso para el avance de la agenda ambiental

La Creación del Ministerio de Medio Ambiente: un primer paso para el avance de la agenda ambiental

Se anunció ayer la creación del Ministerio de Medio Ambiente, el que será ocupado por el Rabino Sergio Bergman. Se trata del primer Ministerio de la temática que se crea a nivel nacional en Argentina lo cual en primera instancia, es sin duda una buena noticia considerando que el ambiente ha sido relegado de manera permanente de los espacios de toma de decisiones.

La jerarquización del área ambiental es un paso significativo que coloca a la Argentina en igual situación respecto a lo que sucede en la mayor parte de los países de América Latina y el Caribe.

Asimismo, ubica a la temática ambiental en un pie de igualdad con otras áreas de gobierno como minería, agricultura, economía, infraestructura, industria que son claves en la definición de políticas que afectan la calidad del ambiente.

Sin embargo, su creación recién podrá cobrar un real significado en la medida en que las acciones que se desarrollen en el flamante Ministerio logren jerarquizar fuertemente la agenda ambiental, hasta transformarla en una protagonista activa de los temas que preocupan de gran manera a la ciudadanía y que se han visto postergados.

El Ministerio de Medio Ambiente tendrá que desarrollar una tarea de múltiples direcciones: articular políticas junto con otras áreas de gobierno, coordinar acciones con las jurisdicciones locales, atender los conflictos socio–ambientales que se encuentran abiertos desde hace mucho tiempo en diferentes lugares del país, impulsar una profusa agenda legislativa (principalmente aquella vinculada con las normas de presupuestos mínimos), dar cumplimiento efectivo a la normativa vigente y atender las demandas de la población que aún esperan respuesta.

Para ello, el nuevo Ministerio tendrá que atender una variada gama de temas que hacen a sus competencias específicas y otras que lo trascienden, pero que resultan fundamentales para consolidar una agenda de sustentabilidad tales como:

  • Proyectos de megaminería;
  • La falta de cumplimiento de la Ley de Glaciares, en especial del debido inventario de las áreas prioritarias;
  • La explotación de hidrocarburos no convencionales mediante las técnicas de fracking;
  • La actual conformación de una matriz energética en base a combustibles fósiles y con muy poca participación de las energías renovables;
  • La construcción de proyectos altamente inviables y con gran impacto ambiental como las represas del Río Santa Cruz;
  • El avance indiscriminado de la frontera agropecuaria;
  • El impacto de los agroquímicos sobre numerosas poblaciones a lo largo del país;
  • La ausencia de un proceso de ordenamiento ambiental del territorio;
  • El desfinanciamiento de Ley de Bosques Nativos, norma clave para salvaguardar las áreas boscosas del país aún en pie y las comunidades asociadas a ellas;
  • El aún bajo porcentaje del territorio y del mar argentino protegido bajo alguna categoría de conservación;
  • La situación de desamparo en la que se encuentran los humedales del país;
  • La fuerte contaminación de las cuencas hídricas urbanas como el Matanza-Riachuelo y la desatención de otras de igual carácter como la del Reconquista;
  • Las dificultades que representan los impactos climáticos y la inadecuada adaptación existente a los nuevos eventos extremos;
  • El insuficiente compromiso internacional en materia de cambio climático y el bajo nivel de ambición de las soluciones propuestas;
  • La ausencia de una adecuada estrategia para la gestión integral de residuos;
  • El sistemático incumplimiento del deber de informar que imponen las Leyes N° 25.675 y 25.831, que resultan fundamentales a la hora de saber qué se hace en materia ambiental;
  • La falta de articulación y coordinación entre Nación y provincias para el establecimiento de políticas ambientales viables;
  • Los escasos espacios para canalizar la participación de la ciudadanía en los procesos que hacen a decisiones que afectan a la calidad de vida de la población, y dar abordaje institucional a los procesos en donde las comunidades locales demandan el cumplimiento de las licencias sociales para operar.

Lo enunciado es a título de ejemplo pero dan una idea del conjunto de temas y problemáticas que esperan soluciones adecuadas, desde hace mucho tiempo.

Desde la Fundación Ambiente y Recursos Naturales esperamos que la jerarquización del Ministerio de Medio Ambiente vaya acompañada de la voluntad política de incorporar criterios ambientales a las distintas decisiones de desarrollo, y la correspondiente dotación de recursos humanos y económicos adecuados y suficientes para la ardua tarea que tiene por delante.

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