Que los combustibles fósiles, principal fuente del calentamiento global, queden fuera de la declaración de una COP celebrada en plena Amazonia, en el año más cálido jamás registrado, muestra las tensiones del sistema multilateral.
Por Pia Marchegiani y Camila Mercure
Entre avances significativos y fuertes tensiones, finalizó en Brasil la conferencia de cambio climático de Naciones Unidas (COP30). En un contexto marcado por el debilitamiento del multilateralismo y la creciente dificultad para alcanzar consensos globales, uno de los principales hitos fue la decisión de avanzar con el desarrollo de un mecanismo de transición justa, un paso importante para asegurar que los derechos humanos estén en el centro de la agenda climática. Sin embargo, persisten desacuerdos sustanciales respecto del abandono de los combustibles fósiles, lo que evidencia que alcanzar un consenso climático global continúa siendo un terreno complejo y cargado de disputas.
Si bien durante las últimas tres décadas de negociaciones se han logrado avances estructurales que transformaron la gobernanza climática global, lo que suceda en los próximos años será determinante. De no acelerar sustancialmente la acción climática de una manera justa, inclusiva y participativa, se perderá la oportunidad de lograr resultados concretos que garanticen una transición justa y resiliente.