En una nueva edición de la revista Pulso Ambiental, especialistas, integrantes de la academia y miembros de organizaciones sociales y ambientales plantean distintos ejes para el desarrollo de políticas urbanas orientadas a revertir las crisis climática, de pérdida de biodiversidad y de contaminación.
De acuerdo a la Agencia Internacional de la Energía (AIE), las ciudades son responsables de alrededor de un tercio de las emisiones globales de gases de efecto invernadero, una de las principales causas del aumento de la temperatura global. Esto se produce por las altas tasas de urbanización, la demanda de energía, las actividades industriales y comerciales, entre otras causas.
Además, el avance de la frontera urbana y los cambios en el uso del suelo no solo impulsan la pérdida de biodiversidad y de las zonas verdes y azules, sino que también afectan los beneficios ecosistémicos que brindan estos espacios naturales, entre los que se encuentran la amortiguación de inundaciones y la reducción de la temperatura.
Ante esta situación, y frente al contexto actual de crisis ambiental, las ciudades se han convertido en un factor clave para el desarrollo de políticas públicas orientadas a abordar el cambio climático y detener y revertir la pérdida de biodiversidad.
En una nueva edición de la revista Pulso Ambiental, especialistas, integrantes de la academia y miembros de organizaciones sociales y ambientales plantean casos y perspectivas para pensar cómo las ciudades pueden contribuir a cumplir el derecho a un ambiente sano.
El caso argentino: ejes para pensar la política urbana en nuestro país
Según datos del INDEC, la Argentina cuenta con el 92% de su población viviendo en zonas urbanas. Este índice está por encima de la media regional y global, que se encuentran en 83% y 56%, respectivamente.
Esta alta concentración urbana plantea una serie de desafíos críticos a la hora de evaluar acciones orientadas a mejorar la calidad de vida de la población. Como consecuencia del cambio climático, las ciudades, debido a los tipos de construcciones y la poca presencia de espacios verdes, sufren un aumento significativo de la temperatura, incluso mayor que la que se vive en las zonas rurales aledañas. Este efecto, conocido como isla de calor, agrava las desigualdades urbanas: las personas más pobres cuentan con menos recursos y capacidades para resguardarse del calor.
Asimismo, las altas tasas de urbanización se producen a partir de un avance de las ciudades sobre zonas naturales, reduciendo la cantidad de humedales, bosques y pastizales, ecosistemas claves para la filtración y evacuación del exceso de agua, reduciendo el riesgo de inundaciones.
En línea con estas problemáticas, la edición Nº23 de la Pulso Ambiental recupera distintos casos y ejes que sirven para pensar un desarrollo urbano acorde a las urgencias actuales. Entre estos se encuentran: los desarrollos habitacionales y los procesos de reurbanización dentro de la cuenca Matanza-Riachuelo, la producción y el consumo de alimentos en las ciudades, la reforma del Código Urbanístico de la Ciudad de Buenos Aires, el reciclado urbano y los ejemplos del anillo biocultural del Gran La Plata y la reserva natural provincial Santa Catalina.
Adaptación justa y la salud del aire
Otro eje abordado en la revista son los conceptos de justicia y vulnerabilidad para pensar la adaptación justa al cambio climático en las ciudades. Estos elementos ponen el énfasis en los efectos diferenciales del cambio climático de acuerdo al contexto de las personas, agudizando desigualdades sociales y económicas. A partir de estos conceptos, se torna fundamental incorporar la perspectiva de la equidad y los derechos humanos a la hora de pensar las políticas urbanas ambientales.
Por último, la revista aborda la salud y la contaminación del aire. La quema de combustibles fósiles y los incendios —ambos vinculados a los centros urbanos, sus dinámicas, consumos y expansión— son las principales causas de la contaminación del aire. De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud, este fenómeno causa siete millones de muertes al año a nivel global, múltiples problemas en la salud y una creciente pérdida de calidad de vida y productividad. Mejorar el acceso al financiamiento climático, aumentar la resiliencia de las ciudades y abordar las causas del cambio climático se convierten en políticas públicas urgentes para enfrentar esta problemática global.
La edición Nº23 de la Pulso Ambiental contó con la participación de Andrés Borthagaray, Alberto De Magistris, Alejandro Meitin, Alicia Montoya, Alejandra Ramírez Cuesta, Antonella Risso, Nahuel Pugliese, Inés López Olaciregui, Marcelo Miranda y Regina Ruete.