Nos espían como represalia por fortalecer las prácticas democráticas

Nos espían como represalia por fortalecer las prácticas democráticas

Tres integrantes del equipo de trabajo de FARN figuran entre las más de 500 personas espiadas por la Agencia Federal de Inteligencia (AFI); la mayoría de ellas, periodistas o parte de una organización social. FARN repudia esta y cualquier otra práctica ilegal ejercida contra quienes buscan fortalecer el debate público y el diálogo institucional en el marco de la democracia, y recalca lo inadmisible del avance de este accionar ilegítimo por sobre derechos fundamentales en la Argentina actual.

María Marta Di Paola, Enrique Maurtua Konstantinidis y Pía Marchegiani participaron en representación de FARN de instancias de discusión planteadas tanto en el marco de la cumbre de la Organización Mundial del Comercio (OMC) celebrada en Buenos Aires en diciembre de 2017, como en encuentros del G-20 durante 2018, además de formar parte del grupo de Sociedad Civil 20 (C20), espacio institucional oficial para el intercambio que propone este foro internacional. En virtud de su participación en estos ámbitos, tanto la Fundación en general como Di Paola, Maurtua Konstantinidis y Marchegiani en particular figuran ahora entre las más de 500 personas e instituciones espiadas ilegalmente por la Agencia Federal de Inteligencia (AFI).

La utilización de sus datos personales, con fines que aún se desconocen, constituye una práctica ilegal inaceptable en un contexto democrático en tanto, según la propia norma que regula la labor de la AFI, “ningún servicio de inteligencia podrá obtener información, producir inteligencia o almacenar datos sobre personas por su opinión política o pertenencia a una organización social (Artículo 4, inciso 2, Ley N° 25.520)”. 

Todo accionar de la Agencia debe, por el contrario, ajustarse de forma estricta a lo que dispone la Constitución Nacional; esto es, respetar los derechos a la libertad de expresión, de reunión, de asociación y de publicación de ideas sin censura previa, entre otros de fundamental importancia para la protección del derecho al ambiente sano, tales como el libre acceso a la información pública y la participación ciudadana. 

FARN recalca lo inadmisible del avance de estas prácticas ilegales por sobre derechos fundamentales y subraya que el sistema de inteligencia debe perseguir fines legítimos de defensa y seguridad nacional siempre dentro del marco que establece el propio sistema de legalidad y razonabilidad constitucional en un contexto de democracia. Es decir, nunca afectar derechos y garantías amparados por la Constitución y ser permanentemente sometido a un estricto control democrático para jamás caer en la discrecionalidad de un poder de turno.

La democracia en general y la democracia ambiental en particular deben garantizar el ejercicio de derechos sin miedo a represalias; un espionaje como este podría, por el contrario, amedrentar a las personas, hacer que se abstengan de emitir opiniones críticas o “disruptivas” que permitan repensar la organización de la sociedad y/o la orientación del desarrollo a los que debe aspirar la Argentina.

Por todo lo expuesto, FARN expresa su más enérgico repudio al espionaje ilegal realizado por la AFI tanto contra los integrantes de su equipo de trabajo como contra periodistas y colegas de otras organizaciones sociales, accionar que no tiene explicación ni merece atenuantes; manifiesta que realizará todas las acciones legales e institucionales necesarias para esclarecer este lamentable hecho como así también para brindar protección a sus integrantes; y agradece la solidaridad recibida al tiempo que expresa la suya para con quienes padecen esta persecución antidemocrática injustificable.


English version below

Spied for strengthening democratic practices

Three staff members of FARN are amongst the more than 500 people spied on by the Federal Intelligence Agency (AFI) of Argentina; most of them are journalists or part of  social organizations. FARN repudiates this kind of actions and any other illegal practice exercised against those who seek to strengthen public debate and institutional dialogue within the democracy’s framework and stresses the inadmissibility of the advancement of these illegitimate practices over fundamental rights.

María Marta Di Paola, Enrique Maurtua Konstantinidis and Pía Marchegiani represented  FARN in spaces within the framework of the World Trade Organization (WTO) summit held in Buenos Aires in December 2017, and in meetings of the G-20 during 2018, in addition to being part of the Civil Society official institutional space for engagement  (C20). Because of their participation in these areas, both FARN in general and Di Paola, Maurtua Konstantinidis and Marchegiani in particular are now among the more than 500 people and institutions illegally spied on by the Federal Intelligence Agency (AFI).

The use of their personal data, for purposes that are still unknown, constitutes an unacceptable illegal practice in a democratic context, according to the law that regulates the AFI, “no intelligence service may obtain information, produce intelligence or storing data about people for their political opinion or membership in a social organization (Article 4, subsection 2, Law No. 25,520) ”.

In contrast, all actions of the Agency must strictly comply with the National Constitution; that is, to respect the rights to freedom of expression, assembly, association and publication of ideas without prior censorship, among others of fundamental importance for the protection of the right to a healthy environment, such as free access to public information and citizen participation.

FARN stresses the inadmissibility of the advance of these illegal practices over fundamental rights and stresses that the intelligence system must pursue legitimate purposes of defense and national security, always within the framework established by the system of constitutional legality and reasonableness in a context of democracy. That is to say, never affect rights and guarantees protected by the Constitution and be permanently subjected to strict democratic control to never fall into the discretion of any political party.

Democracy in general and environmental democracy in particular must guarantee the exercise of rights without fear of retaliation; an espionage like this could, on the contrary, intimidate people, make them refrain from issuing critical or «disruptive» opinions that would allow them to rethink the organization of society and / or the development orientation to which Argentina should aim for.

For all the aforementioned, FARN expresses its strongest rejection of the illegal espionage carried out by the AFI, both against the members of its team and against journalists and colleagues from other social organizations, actions that have no explanation; FARN declares that it will carry out all the legal and institutional actions necessary to clarify this regrettable event as well as to provide protection to its members; and appreciates the solidarity received while expressing its solidarity with those who suffer from this unjustifiable undemocratic persecution.

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