El presidente Alberto Fernández y el ministro de Ambiente y Desarrollo Sostenible Juan Cabandié presentaron ayer el Plan de Políticas Ambientales. Si bien el proyecto comprende aspectos necesarios, resulta absolutamente insuficiente para hacer frente y revertir la crisis socioambiental que atraviesa el país. A continuación, un repaso por los puntos positivos y los deficientes.
- La presencia de representantes de federaciones cartoneras, brigadistas y movimientos de jóvenes es un aspecto positivo a destacar, ya que estos grupos son actores clave en la lucha por la protección del ambiente en nuestro país.
- La Ley de Educación Ambiental es necesaria pero debe comprender un público más amplio, en especial, a quienes toman decisiones que generan consecuencias ambientales negativas para las generaciones futuras, destinatarias de esta ley.
- La erradicación de basurales es solo un eslabón de la gestión de residuos sólidos urbanos (RSU). Se debe poner fin a las propuestas de incineración de residuos, muy alentadas en la Capital Federal.
Hasta acá, los aciertos parciales. Sin embargo, el anuncio dejó afuera otros temas de la agenda socioambiental que ya no pueden postergarse:
- Argentina está en llamas, el gobierno debe apoyar plenamente la sanción e implementación de una Ley de Humedales.
- También debe solicitar a las provincias que tomen todas las medidas políticas y judiciales necesarias para detener los desmontes ilegales existentes en sus territorios, y así cumplir la Ley 26.331 de Protección de Bosques Nativos.
- Es momento de dejar de subsidiar la producción de combustibles fósiles. En ese sentido, se debe quitar la cláusula del proyecto de ley para gravar la riqueza que otorga $75.000 millones en subsidios a la explotación del gas.
- Las negociaciones entre Ministerio de Relaciones Exteriores y el gobierno de China para instalar granjas de producción porcina deben cancelarse inmediatamente.
- Argentina debe cumplir con los compromisos asumidos en el Acuerdo de París.
- El gobierno debe asegurar, en las decisiones vinculadas al desarrollo, la real participación de todos las personas afectadas. Deben sancionarse as leyes de Evaluación de Impacto Ambiental y de Ordenamiento Ambiental del Territorio son fundamentales.
Sin la inclusión de todos estos temas, el juramento de lealtad al ambiente no es más que una declaración.