Las provincias de Salta y Jujuy comparten la cuenca hídrica “Salinas Grandes – Guayatayoc”, cuenca endorreica, cuyos ríos y arroyos alimentan el humedal de altura llamado Salinas Grandes y la laguna de Guayatayoc. El mencionado humedal es un salar, en el que se halla “el oro blanco del siglo XXI”: litio. Este es un mineral que, por ser un metal liviano, tiene la capacidad de almacenar grandes cantidades de energía: es uno de los insumos clave para la fabricación de baterías de celulares y vehículos eléctricos, un supuesto “aliado” de la transición energética.
En la Argentina existe una de las mayores reservas de litio de salmueras en sus salares de altura, ubicados en la región de la Puna, a más de 3.200 metros sobre el nivel del mar, y -junto con Bolivia y Chile- conforma el llamado “triángulo del Litio del Cono Sur”.
En esa región del norte del país, habitan comunidades indígenas desde tiempos inmemoriales que dependen del agua para el desarrollo de sus formas de vida, su cultura y sus actividades económicas, y en donde gracias a sus saberes ancestrales, el manejo que hacen de este recuso, es totalmente racional y sostenible por generaciones.
Actualmente se encuentran amenazadas por distintos proyectos de minería de litio, que podrían generar serios problemas en el ecosistema y en sus formas de vida, especialmente, porque no se evalúan suficientemente los impactos ambientales y acumulados que puede generar esta actividad. Es que la cuenca en cuestión tiene un balance hídrico demasiado frágil y la actividad minera que está avanzando extrae cantidades ingentes de agua del sistema, agravando aún más su frágil equilibrio.
En este marco, las autoridades y las empresas involucradas no realizan una adecuada evaluación de los impactos ambientales, carecen de línea de base de la cuenca, no consideran la acumulación de proyectos ni la unicidad de la cuenca, de manera que se avanza con la actividad sin previsiones ambientales como así tampoco hay una gestión integral de la cuenca, siendo que la misma es interjurisdiccional.
En numerosas oportunidades han solicitado que este documento tenga reconocimiento legal y, como tal, sea integrado a las políticas públicas. Sin embargo, los gobiernos locales nunca lo han aplicado, demostrando así, una recurrente falta de voluntad para reconocer y asegurar la vigencia de los derechos de las comunidades.
Esta preocupación ha provocado que las comunidades de Salinas Grandes y Laguna de Guayatayoc, se organicen y movilicen en defensa de sus territorios. La acción más reciente fue en noviembre de 2019.
Ante las negativas por parte de las autoridades locales a escuchar sus reiterados reclamos, y frente al avance de medidas para promover la explotación de litio, presentaron junto con FARN (Fundación Ambiente y Recursos Naturales) una acción de amparo ante la Corte Suprema de Justicia de la Nación, contra las provincias de Jujuy y Salta y el Estado Nacional, solicitando la suspensión de toda la actividad y de todos los permisos mineros en trámite, con el fin de salvar un ecosistema de gran valor. Asimismo, se solicitó la realización de evaluaciones de impactos ambientales adecuadas y la creación de una instancia interjurisdiccional de gestión de la cuenca que garantice la gestión integral de la cuenca como unidad.
Anteriormente, ya habían reclamado ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH). También, tras varios años de trabajo, en 2015 desarrollaron el primer protocolo biocultural comunitario de Argentina, al que denominaron “Kachi-Yupi. Huellas de la Sal”, que establece las formas en que debería llevarse a cabo una consulta, bajo parámetros que respeten su cultura.
Links de interés
Kachi Yupi – Huellas de Sal. Primer protocolo biocultural comunitario de Argentina
Comunicado: «FARN capacitó a miembros de 33 comunidades originarias de las Salinas Grandes»
Documento FARN: «Estudio de los recursos hídricos y el impacto por explotación minera de litio»