Las represas en el Río Santa Cruz son proyecto hidroeléctrico de mayor envergadura financiado por actores chinos por fuera de su territorio. Las grandes represas no son consideradas como renovables por el impacto ambiental que producen. Estas represas van a generar un daño irreversible sobre el ecosistema y atentarán contra especies en peligro crítico de extinción como el macá tobiano. Además su construcción se caracteriza por la ausencia de un proceso de consulta a las comunidades originarias correspondiente y no representan la energía más económica para el país.