Hablar de acuerdos multilaterales resulta tedioso; un augurio a lo complicado, un pasaje seguro a un lugar lejano y lleno de paisajes teóricos. Se pueden interpretar como un posible destino de fondos que no entendemos a cabalidad para dónde van ni de qué sirvieron cuando la temperatura en el mundo sigue aumentando y el sistema de producción y consumo sigue imperturbable.
Pero el Acuerdo Regional sobre el Acceso a la Información, la Participación Pública y el Acceso a la Justicia en Asuntos Ambientales (Acuerdo de Escazú), desde su concepción hasta sus alcances, escapa de mucho de lo que hemos visto hasta hoy. Por ello mismo, resulta fundamental difundir el alcance práctico y político que puede tener para toda la región latinoamericana.
Andrés Nápoli, director ejecutivo de FARN, participó junto con Valeria Torres, de la Secretaría Técnica del Acuerdo de Escazú, CEPAL, de “Alcances del Acuerdo de Escazú: Una nueva herramienta para la acción ambiental en la región”. Se trató de un webinar llevado a cabo el pasado 19 de octubre, cuyo objetivo fue la difusión y esclarecimiento de cuestiones clave en torno al Acuerdo de Escazú: primer instrumento jurídicamente vinculante que reconoce la necesidad de que los Estados protejan a los defensores del medio ambiente y los derechos humanos.