El lunes 19 de diciembre concluyó la 15° Conferencia de las Partes (COP 15) del Convenio sobre la Diversidad Biológica (CDB) en Montreal, Canadá, y se aprobó el Marco Mundial Kunming-Montreal para la Diversidad Biológica (en adelante Marco Mundial para la Biodiversidad).
Este marco regirá acciones globales de conservación, uso sostenible y restauración de la biodiversidad hasta 2030 y fue adoptado por los 196 Estados Parte del CDB con dos años de demora por la pandemia del COVID-19. Durante más de dos semanas se llevaron adelante negociaciones para definir la versión final del documento con la participación de delegaciones gubernamentales y grupos de observadores como organizaciones de la sociedad civil, pueblos indígenas y comunidades locales, jóvenes, mujeres, negocios, científicos y organismos internacionales.
El Marco Mundial de la Biodiversidad es un plan estratégico que define objetivos y metas, instrumentos de aplicación e indicadores de monitoreo de su cumplimiento para proteger la biodiversidad y mejorar sus beneficios para las personas para 2030. Viene acompañado además por un esquema de movilización de recursos, un marco de monitoreo, mecanismos para la planificación, el seguimiento, la presentación de informes y la revisión, creación y desarrollo de capacidad y cooperación científica y técnica e información digital sobre secuencias de recursos genéticos, entre otros elementos.
“FARN le da la bienvenida a este nuevo Marco Mundial para la Biodiversidad. No es perfecto, pero es un paso en la dirección correcta, producto de un esfuerzo multilateral tan importante en los tiempos que corren, así como el resultado de un inédito proceso abierto y participativo», sostiene Ana Di Pangracio, Directora del Área de Biodiversidad de la organización.
Además, agregó que “este Marco sostiene y construye sobre varios de los compromisos asumidos en las Metas de Aichi y los extiende a 2030. También trae nuevas agendas ausentes en anteriores planes estratégicos como la biodiversidad de ciudades, la agroecología, los impactos derivados de la contaminación por plásticos y la prevención de brotes zoonóticos”.
“Una diferencia clave respecto a las metas que estaban vigentes a 2020 es que el nuevo Marco Mundial tiene un enfoque de derechos humanos, incluyendo el pleno respeto por los derechos de pueblos indígenas y comunidades locales”, explicó Di Pangracio. Este Marco trae un cambio de paradigma en la medida que avanza hacia una conservación de la biodiversidad basada en derechos humanos, género-responsiva y equitativa desde el punto de vista social facilitando una mejor implementación y rendición de cuentas.
Ana Di Pangracio sostiene, por otro lado, que el documento también conlleva algunos riesgos en la medida que “deja abiertas ventanas peligrosas en materia de negocios y de intervenciones del sector privado y financiero que facilitan falsas soluciones a la crisis de pérdida de biodiversidad”. En este sentido, señala algunos lemas utilizados durante la COP15 como “naturaleza positiva” (que finalmente no quedó en el texto del marco) e instrumentos basados en el mercado que aparentan paliar esta crisis, pero que en verdad no atienden sus causas subyacentes y siguen habilitando la conversión de hábitats naturales.
La Directora de Biodiversidad de FARN afirma que “ahora es clave que los Estados pongan manos a la obra y honren los compromisos asumidos en el Marco Mundial Kunming-Montreal de la Diversidad Biológica para que no se repita la historia de incumplimientos de pasados. Necesitamos la voluntad política de implementar este nuevo marco para frenar y revertir una crisis ecológica que presenta una amenaza para todas las formas de vida en el planeta incluyendo la humana”.
“Volvemos a casa para incidir en una instancia tan importante como la global, la implementación a nivel nacional, especialmente el proceso de estrategia nacional de biodiversidad. Esto se trata de actuar global para la acción local”, finalizó Di Pangracio.
Derechos humanos
Las Metas de Aichi eran prácticamente ciegas a los derechos humanos. El Marco Mundial para la Biodiversidad trae avances necesarios e importantes en este sentido: reconoce el derecho humano a un ambiente sano declarado por Resolución 76/300 de la Asamblea General de Naciones Unidas en julio pasado; reconoce el principio de equidad intergeneracional; enfoques de todo el gobierno y toda la sociedad; y dispone seguir un enfoque basado en derechos humanos entre las consideraciones para su aplicación. Sin embargo, el Objetivo B del Marco, que aborda el mantenimiento y mejora de las contribuciones de la naturaleza a las personas, no está alineado con el derecho humano a un ambiente sano, lo que dificulta poder darle seguimiento en el marco de monitoreo y asegurar rendición de cuentas por los Estados.
Género
El Marco Mundial para la Biodiversidad es el primer tratado ambiental en tener una meta específica para género. Mientras que el tema estaba ausente en las Metas Aichi, el nuevo Marco garantiza la igualdad de género a través de un enfoque responsivo al género en el que todas las mujeres y niñas tengan las mismas oportunidades y capacidad para contribuir a los tres objetivos del CDB. Esto incluye el reconocimiento de su igualdad de derechos y acceso a la tierra y los recursos naturales, y su participación y liderazgo plenos, equitativos, significativos e informados en todos los niveles de acción, involucramiento, toma de decisiones y adopción de políticas relacionadas con la biodiversidad. Además, esta COP adoptó un nuevo Plan de Acción de Género al 2030 que servirá de guía para hacer realidad la meta de igualdad de género en las políticas de biodiversidad.
Pueblos indígenas y comunidades locales
El reconocimiento y pleno respeto por los derechos a la tierra, recursos y territorios de los pueblos indígenas y comunidades locales, su cultura y conocimientos tradicionales, y las garantías para la protección de personas defensoras del ambiente y los derechos humanos también forman parte del Marco Mundial para la Biodiversidad. No solo con una meta exclusiva (la número 22) sino en distintas metas relevantes a lo largo del texto, como la número 1 y 3 sobre planificación espacial y áreas protegidas y conservadas, respectivamente. Estos procesos deben darse reconociendo los territorios indígenas y tradicionales y con el pleno respeto por los derechos de pueblos indígenas y comunidades locales. En este respecto, el nuevo Marco es realmente transformador.
Financiamiento
Se decidió crear un fondo fiduciario dentro del Fondo Mundial para el Medio Ambiente exclusivamente para apoyar la implementación del nuevo Marco a estar operativo desde 2023 y en principio hasta 2030, salvo que la COP decida algo distinto. Por otro lado, el nuevo Marco extiende a 2030 lo propuesto por la entonces Meta de Aichi 3 en términos de la eliminación, reforma y redireccionamiento de incentivos y subsidios perjudiciales para la biodiversidad, pero se queda corto en los números. Se propone reducirlos en 500 billones de USD por año para 2030. Conforme el reporte de Dasgupta estos incentivos y subsidios alcanzan los 4-6 trillones de USD.
En cuanto a la movilización de recursos, las Metas de Aichi ya proponían el incremento sustancial de recursos financieros para la implementación de estrategias nacionales de biodiversidad y planes de acción. El Marco Mundial para la Biodiversidad propone movilizar un total de 200 mil millones, USD 20.000 millones por año para 2025, y al menos USD 30.000 millones por año para 2030, haciendo foco en particular en los países menos desarrollados, pequeños estados insulares, así como también países cuyas economías estén en transición. Sin embargo, bajo la premisa de movilizar fondos de “todas las fuentes” se abre un abanico de puertas peligrosas que distraen de abordar las causas subyacentes de la pérdida de biodiversidad.
Así el Marco menciona a la financiación privada, la financiación combinada, esquemas de pago por servicios ecosistémicos, bonos verdes, sistemas de compensaciones y créditos de biodiversidad. Estos mercantilizan la naturaleza y siguen habilitando la conversión de ecosistemas bajo la promesa de restaurar o crear áreas protegidas en otro lugar. Si bien a último momento se logró incluir en el texto del nuevo Marco que esto debe hacerse conforme salvaguardas sociales y ambientales, será central seguir de cerca la implementación de estas herramientas que pueden no facilitar los cambios transformadores que son necesarios para detener y revertir el continuo deterioro de la biodiversidad.