En Manama, Bahréin, del 17 al 21 de octubre se realizó la 21va Reunión de Directorio del Fondo Verde para el Clima (FVC) (1). FARN participó en el grupo de observadores de sociedad civil, con el foco puesto en cuestiones de género en el marco del proyecto “Latin America Regional GCF Monitor Program”.
Ya desde B20 había en el aire mucha expectativa sobre los resultados que pudieran alcanzarse en Bahréin. Situación acentuada, por un lado, por el último Informe de Evaluación del Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático (IPCC) de las Naciones Unidas, que alertan sobre la urgencia de la acción climática; y, por el otro, por la incidencia de los mismos en la próxima COP 24 (Cumbre del Clima número 24 de la Conferencia de las Partes del Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático), a realizarse en diciembre próximo en Katowice, Polonia.
Además, se sumó la presencia de Patricia Espinosa, secretaria ejecutiva de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre Cambio Climático, en la cena de inauguración con un enfático discurso sobre la urgencia de la acción climática y una reflexión sobre el financiamiento climático, al cual se refirió no sólo como un recurso económico, sino como una herramienta para aliviar el sufrimiento de muchas personas abatidas en el planeta; con este espíritu se desarrollaron los cuatro días de reunión.
El 21 de octubre, último día de reuniones, cerró con 19 proyectos aprobados por un total de más de mil millones de USD, 16 nuevas entidades acreditadas y un acuerdo sobre el cronograma del primer reabastecimiento del FVC. Cabe destacar que 3 de los 19 proyectos son en Latinoamérica:
- USD 22 millones: “Construyendo resiliencia de los medios de vida ante el cambio climático en las cuencas altas de las tierras altas de Guatemala” – FP087
- USD 35.8 millones: “Mejora de las medidas de resiliencia climática en los agroecosistemas del corredor seco de El Salvador (RECLIMA)” – FP089
- USD 15.5 millones: “Iniciativa de inversión productiva para la adaptación al cambio climático. (Cambio II) in Costa Rica, República Dominicana, El Salvador, Guatemala, Honduras, Nicaragua and Panamá” – FP097
Si bien hubo intentos recurrentes por mantener el ritmo de las decisiones desde los miembros del directorio, el vacío en algunas políticas no definidas generó debates con diferentes posiciones postergando políticas de suma relevancia hasta la próxima reunión B22 : la toma de decisiones en ausencia de consenso; parámetros de co-financiamiento; costos y concesionalidad; abordaje programático de las propuestas, y la política de género actualizada, entre otras otras.
Las observaciones más destacadas del grupo de sociedad civil, muchas de las cuales se hicieron eco algunos miembros de directorio, fueron:
- Políticas de información; en especial, el cumplimiento de los plazos de difusión de información en los proyectos categoría A.
- Balance entre proyectos de mitigación y adaptación.
- Participación de sociedad civil en diferentes instancias del proceso.
- Balance entre proyectos otorgados a entidades acreditadas internacionales y entidades acreditadas de acceso directo (nacionales y locales) .
- Equilibrar la urgencia de las acciones con asegurar que los fondos se utilicen de manera eficiente y que garanticen un cambio transformacional.
- La cantidad de intermediarios financieros que presentan algunos proyectos
A pesar del trabajo que queda por delante, la B21 obtuvo un avance considerable en materia de decisiones tomadas. Sin embargo, en cuestiones de género, la definición de la nueva política sigue a la espera. Por lo pronto, la próxima reunión será en Songdo, Corea del Sur en febrero/marzo de 2019.
* (1) El Fondo Verde para el Clima (GCF, por sus siglas en inglés) fue adoptado como mecanismo financiero de la Convención Marco de Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (UNFCCC, por sus siglas en inglés) a finales de 2011. Su objetivo es contribuir de manera ambiciosa a la consecución de los objetivos de mitigación y adaptación al cambio climático de la comunidad internacional. Con el tiempo, se espera que este instrumento se convierta en el principal mecanismo de financiamiento multilateral para apoyar las acciones climáticas en los países en desarrollo.