Frente a un nuevo atropellamiento en Misiones, junto a la Red Yaguareté solicitamos la resolución urgente del amparo ambiental presentado en abril del 2023, el cual plantea medidas concretas para prevenir y frenar las muertes tanto de los yaguaretés, que se encuentran en peligro crítico de extinción, como de la fauna nativa.

El pasado 2 de octubre, una cachorra de yaguareté fue trágicamente atropellada en las inmediaciones de Puerto Península, en la provincia de Misiones, sobre la Ruta Nacional N° 12, en sentido a Puerto Iguazú. 

Más allá de ofrecer recompensas económicas para quienes brinden información acerca del o los responsables del atropellamiento de la cachorra de yaguareté, es urgente desarrollar acciones preventivas, eficaces y potentes con el fin de detener y prevenir más muertes del yaguareté, una especie declarada Monumento Natural Nacional (y provincial en Misiones) que se encuentra en peligro crítico de extinción, y de otras especies de fauna nativa afectada.

Por ello, junto a la Red Yaguareté solicitamos desde FARN la resolución urgente del amparo ambiental iniciado en abril de 2023 a través del cual se requirieron medidas concretas como sistemas de iIdentificación vehicular en la ruta 12, portales con paneles luminosos que informen velocidades máximas, radares, fotografías para exceso de velocidad, cobro de las multas, comunicación en tiempo real con puestos de Policía, Gendarmería o Guarda parques, instalación de semáforos inteligentes, entre otros.

A 30 años de la reforma constitucional de 1994, resulta fundamental dar cumplimiento con el deber de las autoridades de proteger la diversidad biológica (art. 41 de la Constitución Nacional), obligación que se refuerza en el Convenio de Diversidad Biológica aprobado y adoptado por la República Argentina mediante Ley N° 24.375. El cumplimiento de ese deber no debe reducirse a enunciados abstractos o medidas reactivas como el ofrecimiento de recompensas por denuncias de atropellamientos, sino que exige la implementación de políticas concretas y urgentes que eviten más muertes de yaguaretés y otras especies amenazadas, previniendo así la pérdida de la biodiversidad local.

Si se puede evitar, no es un accidente. Ni un yaguareté menos.