Los proyectos que ya entregan energía a la red del Programa RenovAr, fruto de la promulgación de la Ley Nacional de Fomento a las Energías Renovables (27.191), representan a febrero de 2019 el 70,9% de las energías renovables y el 1,9 del total de la matriz energética argentina, que suma en total apenas un 2,7% de energías renovables y sigue así lejos del objetivo del 8% planteado por la ley a 2017.
Si bien se considera que el Programa RenovAr es exitoso al ubicar las renovables en el plano energético argentino, estas no han aumentado su participación en la matriz con la celeridad que requiere la Ley 27.191. Dos de las principales razones por las cuales esto no sucede son el tipo de proyectos que el Estado elige financiar -que suelen ir a contramano de las fuentes consideradas limpias- y la falta de líneas de transmisión eléctrica para el transporte de este tipo de energía. Pero hay también un gran componente relacionado con la decisión política respecto del sector energético en general, evidentemente enfocada en la explotación del yacimiento Vaca Muerta.
Así, mientras que por un lado se sanciona la Ley de Energías Renovables y se hacen esfuerzos consecuentes, tales como la implementación del programa RenovAr, para cumplir con sus objetivos, por otro se impulsan la producción, el transporte, el procesamiento, la distribución y la comercialización de los combustibles fósiles. ¿Entonces? El rumbo de la política energética argentina sigue siendo una incógnita a resolver. Si se quiere llegar a los objetivos planteados por la ley a través de incentivos a las fuentes consideradas limpias, un plan a largo plazo y la coherencia en las políticas energéticas son factores clave e ineludibles.
Por tal motivo, FARN hace al Gobierno nacional las siguientes recomendaciones:
- Avanzar con políticas e iniciativas destinadas a la creación de nuevas redes de transmisión eléctrica, además de incentivar la implementación de la Ley de Generación Distribuida, lo que habilitaría a todo usuario de energía eléctrica a ser también «productor» mediante la venta de su excedente, lo que generaría «prosumidores» (productores y consumidores) locales y, por tanto, un ahorro en la construcción de líneas de transmisión, que son aquellas que transportan la energía.
- Impulsar políticas que creen un ambiente propicio para el financiamiento de proyectos que fomenten la generación energética con fuentes renovables.
- Desarrollar un plan energético argentino que esté en consonancia con los compromisos ambientales asumidos por el país.
- Trabajar la Ley de Fomento de Energías Renovables de una manera holística y transdisciplinaria en pos de obtener una matriz energética más limpia y sustentable.