El pasado 6 de abril el Presidente Kim del Banco Mundial, en respuesta a una pregunta sobre los impactos de las grandes represas evidenciados por el asesinato de Berta Cáceres en Honduras, respondió que “no se puede hacer el tipo de trabajo que estamos tratando de hacer y no tener algunos de estos ‘incidentes’”. En repudio a estas declaraciones, diversas ONGs de todo el mundo se manifestaron en una carta enviada al alto mandatario.
Berta Cáceres era una defensora de los derechos humanos y ecologista, asesinada el pasado 3 de marzo en Honduras. Berta organizó al pueblo lenca, la mayor etnia indígena de Honduras, en su lucha contra la represa de Agua Zarca, cuya construcción estaba prevista en un sitio sagrado y vital para las comunidades indígenas. Su lucha logró que la empresa Sinohydro (compañía estatal china) y la Corporación Financiera Internacional (institución del Banco Mundial que financia al sector privado) se retiren del proyecto.
Por esta lucha, Berta recibió uno de los premios ambientales más prestigiosos globalmente, el premio Goldman.