Son numerosas las críticas al estudio de impacto ambiental presentado, pero en principio consideramos que está incompleto porque no cumple una de las pautas específicas del contrato firmado por el Estado argentino con la República Popular China, en el cual queda de manifiesto que el estudio debe hacerse con las dos represas hidroeléctricas junto con la evaluación de impacto ambiental (EIA) del tendido eléctrico. Este último está ausente en los informes presentados.
“Toda actividad humana genera impacto en el ambiente. Lo importante es discutir qué impacto estamos dispuestos a soportar como sociedad. Estas represas son inconvenientes porque se puede producir la misma energía con otras fuentes que, incluso promovería mayor y mejor empleo. Además son necesarias políticas de eficiencia energética que podrían desarrollarse con la inversión que van a tener estas represas. Sin embargo el gran motor de la construcción de las represas sobre el río Santa Cruz no es la energía que producirá las represas sino el contrato cerrado con China, que condiciona el futuro de todos los argentinos y argentinas”, manifiesta Andrés Nápoli de FARN.
Nada ha cambiado con el mal negocio de la construcción de las represas sobre el Río Santa Cruz entre el gobierno argentino con China. La firma de la cláusula por la cual la construcción de las represas están atadas al ferrocarril Belgrano Cargas limita la posibilidad de realizar una evaluación de impacto ambiental de manera científica e independiente. Nadie tiene un derecho adquirido a destruir un río, un paisaje, un ecosistema, una especie endémica. Precisamente, el orden público ambiental permite que cualquier contrato en esa dirección sea revisado.
Entre las deficiencias del EIA se señalan las siguientes: reconoce impactos ambientales de alta intensidad y daños permanentes e irreversibles; faltan estudios de campo para evaluar los impactos y diseños experimentales apropiados para poder evaluar adecuadamente dichos impactos; los relevamientos de especies de aves y mamíferos terrestres difieren en las zonas relevadas y metodologías empleadas; y no se han realizado evaluaciones exhaustivas sobre los peligros sísmicos. Además, el Plan de Gestión Ambiental presentado en el EIA no evalúa alternativas energéticas al proyecto hidroeléctrico en cuestión a pesar de que el Manual de Gestión Ambiental para Obras Hidráulicas con aprovechamiento energético establece la necesidad de un análisis de alternativas.
¿Cómo confiar en un país que no defiende su patrimonio natural, no respeta ni hace valer sus propias reglas? La abierta flexibilización en el cumplimiento de las normas ambientales constituye una señal de alerta para la ciudadanía de nuestro país. No existe necesidad de destruir nuestro último río glaciario para cumplimentar con acuerdos bilaterales. Siempre existen alternativas. En este contexto, resulta imperativo considerar otras alternativas al proyecto desde el punto de vista ecosistémico, ambiental, legal e institucional.
GRANDES VERDADES SOBRE LAS REPRESAS
Desde el discurso oficial se han instalado diferentes mitos sobre la obra hidroeléctrica que pretende ser construida sobre el Río Santa Cruz. A continuación, derribaremos esos mitos al presentar nuestras razones para oponernos al cuestionado proyecto.
El glaciar Perito Moreno aún está en peligro
Pese a las modificaciones realizadas al proyecto original, la nueva cota del Embalse de la represa Néstor Kirchner no asegura el total desacople del lago Argentino ni la consecuente afectación del glaciar Perito Moreno. Un verdadero desacople significa que las represas deberían trabajar tanto a su mínima como a su máxima altura SIN afectar al lago Argentino.
Se ha considerado para el diseño que hay desacople si la represa N. Kirchner no supera la máxima altura a la que puede llegar el lago pero cuando el lago se encuentre en su altura mínima y las represas en su máxima altura normal, la represas N. Kirchner tendrá una afectación sobre el lago y podría afectar la dinámica hídrica de los glaciares Perito Moreno, Upsala y Spegazzini.
Lo más alarmantes es que si las represas no son operadas de manera precisa, podrían elevar la cota del lago Argentino muy por encima de su altura normal, impactando seriamente sobre el Parque Nacional Los Glaciares.
“La empresa responsable de este manejo es la misma que fue sancionada por el Banco Mundial por “mala praxis” y ha sido inhabilitada para adjudicarse cualquier contrato financiado por esta entidad por fraude y corrupción. Que el futuro del glaciar Perito Moreno dependa de esta empresa es inadmisible. El proyecto NO garantiza que, bajo cualquier circunstancia, no va a haber impacto sobre el lago Argentino y los glaciares” afirma Perdro Friedrich de Banco de Bosques.
Al respecto es importante remarcar la posición del Instituto Argentino de Nivología, Glaciología y Ciencias Ambientales (IANIGLA), dependiente del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET) el cual remarca: “La revisión preliminar del informe de EBISA sugiere que existen importantes inconsistencias y omisiones en la información relativa a los glaciares de la cuenca del río Santa Cruz, lo que consideramos debería ser objeto de un estudio específico” (VER ADJUNTO).
No se evaluó el impacto ambiental del tendido eléctrico
Cuando el gobierno actual renegoció el contrato se hizo por medio de una Adenda IV en el cual la obra cambió su composición. Por un lado, se achicó la potencia de las represas pero se le agregó el tendido de alta tensión. Eso pasó a conformar una nueva obra y en el Anexo VII de la adenda 2 e) “Obligaciones del contratista” se estableció que debería realizar una ampliación de la EIA del proyecto que incluya la línea de AT de 500 KV. Cuestión que no ha sido realizada ni evaluada, como lo reconoce el propio Ministerio de Ambiente en su Informe Técnico.
Lejos de tratarse de una cuestión menor, la ausencia de estudio y evaluación de impacto ambiental vicia el cuestionado proyecto hidroeléctrico pues revela que el EsIA de EBISA resulta incompleto. Ello, en virtud de que la ampliación pactada en la Adenda nunca fue realizada, desconociéndose así los riesgos que el tendido de alta tensión involucra para la salud, el paisaje y el patrimonio natural y cultural.
Hasta que no sea finalizado el análisis de riesgos respecto de la línea de transporte eléctrico de alta tensión, las obras de las represas no deben avanzar. Caso contrario, se estaría admitiendo avanzar con una obra a pesar de que no fueron evaluados los impactos y daños de una parte de ella. Desde luego que tal escenario resulta ilegal por contradecir la Ley General del Ambiente.
La empresa que realizó el Estudio no estaba inscripta en el Registro de Consultores de Impacto Ambiental
Para poder presentar un Estudio de Impacto Ambiental es necesario estar inscripto en el Registro de Consultores de Impacto Ambiental perteneciente al Ministerio de Ambiente. EBISA recién fue inscripto en el mencionado Registro el 4 de julio de 2017. Casi un mes después de haber publicado el Estudio de Impacto Ambiental. Ello revela que al momento de elaborar y publicar el EIA no estaba habilitada por el Ministerio de Ambiente para analizar los riesgos ambientales de una mega obra. Esta situación irregular pone de relieve nuevamente los vicios de EBISA y su EIA que se traducen en la nulidad de todo el procedimiento.
Biodiversidad y valores culturales están en riesgo
Las modificaciones realizadas al proyecto hidroeléctrico original resultan cosméticas e insuficientes para evitar el daño ambiental a la flora, la fauna, el paisaje y al ecosistema entero del Río Santa Cruz. Las represas inundarán áreas prioritarias e irremplazables para la biodiversidad, afectarán a los peces migradores, contribuirá a la extinción a una especie endémica como el Macá Tobiano (monumento natural provincial) y sepultarán bajo el agua el enorme valor cultural del patrimonio arqueológico de la Patagonia.
Existen numerosos casos en el mundo donde el daño ambiental ha significado la desaparición de especies como delfines, peces migradores y aves acuáticas Algunos ejemplos mundiales de extinción o declive poblacional de especies animales han tenido lugar en China. En particular el Delfín del río Yangtze (Lipotes vexillifer), sufrió las consecuencias de los emprendimientos hidroeléctricos sobre el río, constituyendo el primer caso documentado de extinción de megafauna por la acción humana.
Otro ejemplo de una especie seriamente amenazada por la intervención sobre un río se encuentra en la cuenca del Mekong, y es un bagre gigante Pangasianodon gigas, solo por mencionar ejemplos ocurridos en China y regiones adyacentes. También Argentina extinguió una especie de la región paranaense (Misiones), el Pato Serrucho (Mergus octosetaseus), a raíz de la construcción de la represa sobre el arroyo Urugua-í, en la mencionada provincia.
Además, las represas sepultarán definitivamente bajo el agua pinturas rupestres y petroglifos estampados con belleza por grupos que habitaron hace casi 10 mil años esta meseta esteparia. Un sitio particularmente sensible es el cañadón de Yaten Guajen, que en la lengua tehuelche quiere decir “piedra pintada”. Será importante e histórico, pero quedará inundado si se construye el embalse Jorge Cepernic. Se trata de un daño permanente desde el punto de vista arqueológico. No sólo hay dibujos de manos, pies y de fauna en las paredes de las montañas, aleros y cuevas, sino que también hay gran cantidad de material lítico y restos óseos. Los pobladores que allí vivieron eran cazadores recolectores, que se sostenían gracias al guanaco.
El informe técnico presentado por la Comisión Nacional de Lugares y Bienes Históricos del Ministerio de Cultura explica que las medidas de mitigación contenidas en el EIA “no guardan relación con la magnitud de la pérdida irreversible de patrimonio arqueológico que provocará la construcción de las represas” (VER ADJUNTO).
Los principales beneficiados de la energía producida no son los santacruceños
Este proyecto no brindará energía a la Patagonia. La línea de alta tensión que debía ser incorporada en el EIA y no se incluye, es una gran obra de indispensable para la funcionalidad de la obra ya que vincula la energía producida con el Sistema Interconectado Nacional, la cual no había sido prevista en el proyecto licitatorio. De esta manera, se alterará el paisaje de rutas escénicas y la energía generada en la provincia de Santa Cruz será transportada hacia los grandes centros urbanos para su consumo. Así, los santacruceños deberán soportar los costos ambientales de la obra sin recibir los beneficios energéticos de la misma, más allá de las regalías (12%).
Tampoco es consistente la oferta laboral y empleo de calidad que promoverá la construcción de las represas. Según Marcos Peña dicho proyecto estimulará la creación de 6.000 y 6.500 puestos de trabajo. El pliego de licitación de la obra requiere que un 80% de esta mano de obra sea satisfecha por trabajadores de la provincia de Santa Cruz. Sin embargo, la evidencia a nivel internacional es que el porcentaje de contratación de mano de obra nacional (ya que no siempre proviene de la localidad donde se emplaza la obra), en los casos más promisorios es del 70% y en diversos proyectos han emergido denuncias sobre conflictividad laboral vinculados a dificultades en el pago y maltrato.
Además el proyecto ya no pertenece a la provincia. Solo se quedará con un 12% de las regalías lo que representa apenas un aumento del 0,25% del presupuesto con el que cuenta Santa Cruz.
Las megarepresas no son energía renovable y violan el Acuerdo de París.
Las represas Kirchner y Cepernic generarán 1310 MW de manera que no pueden ser consideradas energía renovable. Para advertirlo basta con leer el Régimen de Fomento Nacional para el uso de Fuentes Renovables de Energía. En efecto, el art. 2 inc. b) de la Ley 27.191 establece que “el límite de potencia establecido por la presente ley para los proyectos de centrales hidroeléctricas, será de hasta cincuenta megavatios (50 MW)”. Según la ley 27.191 para el 2017 el país deberá contar proveer su energía eléctrica con un 8% proveniente de fuentes de energía renovable, y para el 2025 con un 20%. La ley define como renovable (entre otros) a la energía eólica, solar, biomasa, biogás, y a la hidroeléctrica, pero esta última sólo de pequeña escala.
Las mega represas no son energía renovable y representan una forma de energía obsoleta en el mundo actual. En este sentido, corresponde destacar que en países como Estados Unidos o la India se están demoliendo represas a fin de que los ríos vuelvan a correr libres y, en otras partes, como Chile o Brasil se han cancelado grandes proyectos hidroeléctricos.
Los defensores de las mega represas aseguran que, al construir las represas, se quemará menos carbón y, por ende, se reducirá el dióxido de carbono que los combustibles fósiles lanzan a la atmósfera. Sin embargo, omiten explicar que la inundación de áreas con biomasa provocada por los embalses genera metano, un gas efecto invernadero con un poder de contaminación 21 veces mayor que el dióxido de carbono.
Al contrario que los lagos naturales, los embalses tienden a inundar grandes extensiones de materia orgánica que, en la medida que se va descomponiendo, produce dióxido de carbono, metano y óxido nitroso. Estos embalses también reciben de los ríos abundante materia orgánica y nutrientes, como nitrógeno y fósforo; lo que estimula la producción de gases contaminantes. En este contexto, la producción de gases de efecto invernadero de las mega represas violan el Acuerdo de París.
Es fundamental eludir los falsos dilemas que intentan instalar que, como única alternativa a la construcción de estas represas, se encuentra la instalación de nueva potencia térmica en ciclos combinados, que implicaría un mayor consumo de combustibles y de emisión de gases de efecto invernadero. En cambio, deben considerarse alternativas a la construcción de estas represas como la energía eólica, solar, biomasa y ahorro energético, entre otras.